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CAACUPÉ, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Agentes de la Policía Nacional ayer se apostaron en los diferentes puntos de acceso a la Basílica Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé y Tupãsy Ykua para realizar controles y evitar la entrada de personas menores de 12 años de edad y mayores de 60 años. Hasta el lunes había una descoordinación entre la Intendencia y los jefes de la fuerza pública destacados en esta capital departamental.
El argumento esgrimido para no cumplir la normativa era que en el decreto N° 4330 no se especifica que las personas de esa franja etaria no puedan ingresar a los mencionados sitios de oración. Sin embargo, el decreto establece claramente que el Ministerio del Interior por medio de la Policía Nacional, en coordinación con la Intendencia de la ciudad de Caacupé y la Iglesia, implementaran las medidas necesarias para regular la presencia de personas procedentes de otras regiones del país, durante la vigencia del decreto, es decir, del 14 de noviembre al 16 de diciembre.
El intendente Diego Riveros (PLRA) dijo que “ahora (desde ayer) ya se encuentran trabajando en forma coordinada con la Policía Nacional”, luego de los inconvenientes que tuvieron hasta el lunes último. Mencionó que tuvieron reuniones en las que limaron asperezas.
Anunció que en los próximos días serán colocados 250 lavatorios en sitios públicos de la ciudad, como plazas y en las cercanías de la Basílica.
Claridad desde el inicio
El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, manifestó que desde las primeras reuniones para coordinar el Operativo Caacupé 2020 modo covid, se escuchó y aceptó las recomendaciones del Ministerio de Salud Pública. Una de las primeras disposiciones fue la de evitar que niños menores de 12 años y adultos mayores de 60 años participen de las peregrinaciones, de visitas a los lugares de culto tradicionales de Caacupé.
Monseñor Valenzuela afirmó que estas disposiciones se repitieron en el lanzamiento del operativo, así como en el comunicado en el que se anunció que las misas del novenario, víspera y día central (el 8 de diciembre) serán oficiadas a puertas cerradas, sin la presencia de fieles. También se reitera en los comunicados que se vienen emitiendo cada domingo luego de la tradicional misa de las 07:00.
Es por ello que el obispo diocesano no se explica por qué la Policía Nacional no realizaba el control para evitar el ingreso de las personas de la franja etaria mencionada, tanto a la Basílica como al oratorio Tupãsy Ykua.