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El “Noviembre Azul” tiene el papel crucial de informar al público acerca de lo que es el cáncer de próstata y alentar a los hombres a concurrir al urólogo, para prevenir esta enfermedad.
“Se sabe y está comprobado científicamente que los trastornos de la erección de causa vasculogénica, anteceden 5 años a la aparición de eventos coronarios. Es así que captando a ese 50% de los pacientes que tienen algún tipo de disfunción sexual eréctil por encima de los 50 años, y estudiando su metabolismo, podemos anticiparnos a un infarto de miocardio. Simples test de diabetes, colesterol y abandonando el tabaquismo y los hábitos sedentarios alcanzan para prevenir esto y a su vez mejorar aquel motivo de consulta”, manifiesta el Dr. Aldo Samaniego, especialista en Urología y máster en Urooncología.
En cuanto al cáncer de próstata
Según el doctor Samaniego es el cáncer que empieza en la glándula prostática. La próstata es una pequeña estructura con forma de nuez que forma parte del aparato reproductor masculino. Este órgano que se encuentra por debajo de la vejiga, rodea la uretra, el conducto que transporta la orina fuera del cuerpo. Tiene un componente hormonal en su origen y la testosterona es la hormona implicada.
Es el cáncer parenquimatoso de mayor prevalencia aún por encima del cáncer de pulmón. Es el segundo cáncer de mayor mortalidad en el hombre, y el primero en mayores de 75 años y es raro en hombres por debajo de los 40 años.
Riesgos
“Existen 1.000 nuevos cánceres de próstata en Paraguay, con una mortalidad algo por encima de los 400 casos anuales. Hay un mayor riesgo en hombres de raza negra y en aquellos con familiares de primer grado (padres, hermanos, tíos) que hayan tenido cáncer de próstata o de mama. También hay una mayor incidencia asociada a la obesidad y a las dietas ricas en grasa. El control del colesterol es importante para su prevención” afirmó el urólogo.
Importante saber
Según el profesional de la salud, hay una relación importante con lo que se conoce como síndrome metabólico: diabetes, hipogonadismo y colesterol elevado.
No debe confundirse con la hiperplasia prostática benigna, que es el agrandamiento de la próstata por disbalances hormonales que puede producir síntomas de un incorrecto vaciado de la vejiga y a su vez, en valores no muy elevados, aumentar el marcador sanguíneo que se utiliza para su detección precoz, el Antígeno Prostático Específico o PSA por sus siglas en inglés. Este marcador es tejido prostático específico y no cáncer específico. Puede elevarse tanto por la presencia de un cáncer como también por procesos inflamatorios o infecciosos de la próstata, o por gramo de tejido en aquellas próstatas benignas de gran tamaño.
Recomendación
El profesional de la salud recomienda consultar al urólogo por encima de los 50 años o por encima de los 40 años si se está dentro del grupo de riesgo.
Tratamientos
Los tratamientos para el cáncer de próstata se dividen según el mismo esté confinado al órgano o no. Si está localizado los tratamientos van desde la vigilancia activa, cirugía radical ya sea abierta, laparoscópica o asistida por robot, a la radioterapia con criterio curativo.
También hoy se cuenta con tratamientos focales en investigación, cuya respuesta deberá evaluarla el tiempo.
“Para los cánceres ya extendidos fuera de la glándula se utilizan tratamientos hormonales protocolizados contando con varias drogas que extienden la sobrevida del paciente con una buena calidad de vida” comentó.
Síntomas
Es muy importante destacar que el cáncer de próstata a menudo no genera síntomas tempranos. El cáncer de próstata avanzado puede hacer que los hombres orinen con más frecuencia o tengan un flujo débil de orina, pero estos síntomas también obedecen a afecciones benignas de la próstata.
Prevención del cáncer de próstata:
formas de reducir el riesgo
No existe una estrategia comprobada de prevención del cáncer de próstata. Pero puedes reducir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata si se toman decisiones saludables, como hacer ejercicio y llevar una dieta saludable.
–Eligir una dieta saludable implica disminuir el consumo de grasas, consumir frutas y verduras (tomate), y disminuir el consumo de lácteos.
–Mantener un peso saludable.
–Hacer ejercicios la mayoría de los días de la semana.
–Dejar el cigarrillo.
–Hablar con el médico sobre el riesgo.