Cargando...
Los bocinazos comenzaron desde varias cuadras antes de llegar al microcentro asunceno. La fila se formaba debido a que seis cuadras de la calle Yegros fue tomada por los manifestantes del sector campesino desde tempranas horas. Asimismo, cerraron otras arterias de forma temporal y aleatoria perjudicando a los comercios.
Los conductores que venían de otras ciudades del área metropolitana tuvieron que esperar largas horas para llegar a destino y en varios casos buscaban alternativas, porque las vías estaban colapsadas.
Prácticamente todos se vieron obligados a desviar y más de uno a dejar su vehículo muy lejos de su trabajo. Se vio a varios oficinistas caminando con sus maletines, mujeres con tacos y carpetas en mano.
También motocicletas a contramano y autos en doble fila.
Algunos automovilistas, ciclistas y conductores de moto intentaron pasar por el lugar en donde estaban los manifestantes, pero estos le cerraron el paso, incluso amenazaron, gritaron y agredieron verbalmente. A quienes tenían estacionados sus vehículos en Yegros no les permitieron siquiera ingresar a sus autos. Pese a que la Policía Nacional estaba cerca, no actuó en ningún caso. Tampoco ningún fiscal intervino para proteger el derecho a la libre circulación, puesto que las marchas se deben hacer respetando el mismo.
Varios campesinos gritaron a quienes le reclamaban por el paso, que los oficinistas no eran trabajadores, que eran haraganes, que solo los trabajadores podían pasar por esa calle, lo que enfurecía a quienes intentaban llegar a las instituciones públicas.
LEA TAMBIÉN