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Los trabajadores de Encarnación están afectados por el cierre de fronteras desde hace casi ocho meses, además de que sus playas no se encuentran habilitadas para la promoción del turismo a causa de la pandemia del COVID-19. Las medidas sanitarias también afectan a los comerciantes de Caacupé, que cada año percibían un gran ingreso económico en la festividad de la Virgen, cuyas actividades presenciales fueron suspendidas por la Iglesia. Al respecto fue abordada la viceministra de Hacienda, Carmen Marín.
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La misma señaló que la estatal está gestionando un apoyo para estas ciudades en conjunto con la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN). “Estamos trabajando con la SEN para que se realicen esas acreditaciones, estamos trabajando con ellos también para darles una ayuda, así como también a Encarnación”, indicó.
Al ser consultada con respecto a la asistencia que anteriormente se daba a los pescadores, la viceministra retrucó que hay muchos sectores afectados por esta situación, por lo que están analizando cómo ayudar a los diferentes sectores.
Continúa segundo pago de Pytyvõ 2.0
La viceministra de Hacienda dijo además que los trabajadores informales de los rubros perjudicados por las medidas sanitarias pudieron beneficiarse también con el subsidio de Pytyvõ, que ya tuvo dos ediciones. Resaltó que en la primera etapa llegaron a realizar transferencias a aproximadamente 1.250.000 personas y en la segunda, a unas 766.000.
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Añadió que a la fecha siguen avanzando en el segundo pago de lo que es Pytyvõ 2.0. En ese punto, aseguró que la disminución de beneficiarios en la segunda versión de la asistencia a trabajadores informales fue debido a que en esta última etapa varios sectores ya volvieron a realizar sus actividades.
Finalmente, reiteró que desde el Ministerio de Hacienda están esperanzados de que en el Congreso se apruebe un presupuesto austero, como el presentado por el Ejecutivo.
Antecedentes
El primer caso de COVID-19 se registró en Paraguay el 7 de marzo pasado, el 10 se anunció el inicio de la cuarentena sanitaria con la suspensión de clases y la prohibición de aglomeraciones, mientras que el 21 se puso en marcha el aislamiento total. Esa disposición más estricta se extendió hasta el 3 de mayo. Durante ese tiempo, casi todos los comercios y servicios se vieron afectados, por lo que el Gobierno puso en marcha una serie de ayudas económicas.
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Primero se dio a conocer el programa Ñangareko, ejecutado por la SEN, dirigido a las familias más vulnerables y que consistía en la transferencia de unos G. 500.000 de un bono para comprar medicamentos y elementos de limpieza. Luego, se planificó Pytyvõ, que también consiste en una transferencia para los mismos efectos pero destinado a trabajadores informales afectados por el escenario actual.
Ahora, con la liberación de fases de la cuarentena, la mayoría de las personas en todo el país han retornado a sus actividades. No obstante, el caso de Encarnación sigue siendo crítico, puesto que los contagios de COVID-19 están elevados en la zona y no hay pronósticos favorables sobre la pronta apertura del puente debido a las condiciones epidemiológicas del lado argentino, mientras que sus playas todavía no están habilitadas.
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Por otra parte está Caacupé, que cada año en estas fechas ya recibe a muchos peregrinos, así como en la semana de su festividad, que se celebra cada 8 de diciembre, y ni qué decir ese día. Las celebraciones y peregrinación generan ingresos para los trabajadores informales, además de los locales gastronómicos, los artesanos y los hoteles o posadas, que se verán afectados por la suspensión de las misas presenciales y el pedido de las autoridades nacionales y eclesiales de que la gente no peregrine.
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