La desidia se apoderó del Hospital Regional de San Pedro

La desidia se apoderó del Hospital Regional de San Pedro, considerado de referencia en el segundo departamento. Allí se atiende a unos 1.500 pacientes por mes; sin embargo, opera en medio de múltiples falencias debido a la desidia del Ministerio de Salud y las autoridades políticas de la zona. Las precariedades estructurales y la falta de personal de blanco obligan a los pacientes a soportar verdaderas odiseas para recibir atención médica.

La falta de mantenimiento de los equipos es una constante en el Hospital Regional de San Pedro.
La falta de mantenimiento de los equipos es una constante en el Hospital Regional de San Pedro.Omar Acosta

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El nulo interés del Ministerio de Salud y de las sucesivas autoridades políticas de turno, que nada han hecho para mejorar la estructura del edificio y el servicio, aflora a simple vista. El edificio viejo se cae a pedazos y urge el mantenimiento y la reparación.

Apenas cuenta con una sala para internación con seis camas para varones y otra sala similar para mujeres. Los acondicionadores de aire se van deteriorando uno a uno debido a la falta de mantenimiento. La sala de nefrología opera al máximo de su capacidad y con la amenaza de la falta de filtros.

En tanto que en neonatología el panorama es peor: una sola incubadora funciona y una servocuna. No cuentan con equipos, menos con un especialista neonatólogo, y solo hay cuatro pediatras.

Obra chapucera

Para colmo de males, la Gobernación de San Pedro, durante la administración del colorado cartista Vicente Rodríguez, actual diputado, derrochó cerca de G. 2 mil millones en la construcción de un edificio de dos plantas que supuestamente iba a contar con salas de cirugías y terapia intensiva, pero la obra se va cayendo debido a la mala calidad de los materiales y los trabajos chapuceros.

El Ministerio de Salud nunca tomó posesión del edificio, que se levantó en medio del patio del hospital, debido a la mala calidad de la obra y los más de G. 2.000 millones del dinero de los sampedranos desaparecieron al igual que la ilusión de la buena atención.

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Obras inconclusas y mal ejecutadas en el Hospital Regional de San Pedro son el reflejo de políticos inescrupulosos.
Obras inconclusas y mal ejecutadas en el Hospital Regional de San Pedro son el reflejo de políticos inescrupulosos.

Desidia ministerial

La directora del hospital, doctora Viviana Coronel, dijo que sus antecesores y ella también han realizado gestiones para que se pueda reparar y poner en condiciones el edificio que construyó la gobernación.

Agregó que no se concretan resultados, y en cuanto a la deficiencia en materia de especialistas dijo que cuentan solo con dos ginecólogos, dos traumatólogos, y los domingos no realizan cirugías por falta de anestesistas. Apenas dos anestesiólogos y dos técnicos trabajan en el hospital.

En la sección de pediatría la situación es peor, ya que apenas cuentan con cuatro médicos y están prácticamente sin equipos para la atención de los casos graves.

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El Ministerio de Salud está sometido a las autoridades políticas de la zona, sobre todo por los colorados, que toman como “botín” los cupos en los hospitales y hay una fuerte disputa por el territorio en base a repartija de cargos y casi nulo trabajo en proyecto de obras para benéfico de la población.

El viceministro de Salud, Julio Rolón, se reunió ayer con autoridades políticas de San Pedro y recibió quejas de los sampedranos por la precariedad en infraestructura y la falta de especialistas.

Rolón prometió atender los reclamos y en especial el caso del Hospital Regional de San Pedro de Ycuamandyyú. También el gobernador Carlos Giménez (ANR), una vez más, prometió buscar solución y culminar la obra “malograda” de su antecesor Vicente Rodríguez.

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El Hospital Regional de San Pedro no solo recibe a las personas necesitadas de atención médica del distrito de San Pedro de Ycuamandyyú, sino también de otras regiones del segundo departamento, pues otro nosocomio de cabecera se encuentra a 80 kilómetros, en Santa Rosa del Aguaray, y también se debate entre múltiples precariedades.

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