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Drástico y determinado se mostró el intendente de Caacupé, Diego Riveros, este viernes por la mañana en entrevista con ABC Cardinal.
Afirmó que, si bien existe un protocolo sanitario autorizado por el Ministerio de Salud, este tampoco es inamovible, sino flexible. Por lo tanto, está sujeto a una evaluación permanente. Sostuvo que si observa que no existe un buen comportamiento social en cuanto a medidas sanitarias en los días claves de la festividad de la Virgen de Caacupé, es decir entre el 28 de noviembre y el 8 de diciembre, determinará que la misa principal se haga a puertas cerradas.
“Vamos a ir evaluando día tras día cómo va transcurriendo. Si en algún momento notamos que se desborda, automáticamente en vez de hacer la misa en la explanada con 1.000 personas, voy a hablar con el obispo y se hace a puertas cerradas. Cada uno a su casa y se sigue por Facebook o por televisión la celebración. De ninguna manera vamos a exponer la salud de los compatriotas. Que no quepa la menor duda de que se va a tomar esa decisión si se ve la necesidad”, comunicó el administrador municipal.
Decisión drástica pero práctica, dice intendente
Dijo ser consciente de que su opción podría considerarse drástica, pero agregó que a pesar de eso es la más práctica para evitar un desastre sanitario por contagios de COVID-19.
Le recordó a la gente que si desea ir hoy o en estos días a Caacupé, puede hacerlo perfectamente para cumplir con sus promesas por adelantado. “Lo que les pedimos, por favor, es que no tengamos esa aglomeración del 28 al 8. La misma cosa con el cementerio: hoy pueden ir, lo que no queremos es que haya esa aglomeración tradicional del 1 y el 2 de noviembre”, añadió el intendente.
Recordemos que el jefe comunal comunicó que se prohibirá la entrada al cementerio de Caacupé los días 1 y 2 de noviembre, fechas tradicionalmente muy conmemoradas por la población católica, pues se recuerdan el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos. Su decisión despertó una oleada de críticas de la ciudadanía, que le cuestionó la incongruencia de prohibir el acceso al cementerio, pero, en contrapartida, permitir la aglomeración en la explanada para la misa de Caacupé. Aun así, Riveros se mantiene en su postura.
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Comerciantes sufren crisis
En otro momento de la nota, el intendente resaltó que le conmueve la situación de los comerciantes, que están poniendo de su parte haciendo marcaciones en sus pequeños puestos para respetar el distanciamiento. Pese a esto, recalcó que si no hay condiciones sanitarias y no se puede controlar la masividad, se tomará la decisión de suspender la misa, aunque esto represente pérdidas para los vendedores.
Pidió tener en cuenta que en la festividad mariana se suelen congregar 1.400.000 personas y que este número de gente en el contexto de pandemia “es inviable de controlar, aunque traigas a las Fuerzas Armadas y a la Policía”.