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Así lo resolvió ayer la jueza penal de garantías Clara Ruiz Díaz, tras admitir la acusación presentada por la fiscala Esmilda Álvarez y los abogados querellantes Laura Finestra y Santiago Rodas.
En la audiencia preliminar realizada ayer, el abogado defensor Miguel Said planteó sobreseimiento definitivo y cambio de calificación a hurto simple, pero ninguno de los planteamientos prosperó.
Un prendedor del siglo XIX con un diamante principal de 15 quilates y otros medianos y pequeños de la mina Golconda de la India (valuado en US$ 700.000), un anillo de oro blanco con brillantes y un prendedor cruz de malta de diamantes, una pulsera pesada de oro malla ancha, un colgante con cadenilla de oro y 26 perlas, con iniciales sobre fondo turquesa y dos anillos de filigrana, conforman parte del botín hurtado el 7 de diciembre del año pasado.
Latourrette Bo, director del Museo de Arte Sacro, reveló que Giménez era la única que tenía acceso a la habitación donde guardaba las joyas.
En un allanamiento a la casa de la acusada, ubicada en la zona de la Terminal de Ómnibus, los intervinientes hallaron algunos de los objetos denunciados, entre ellos una de las joyas “carneada” (sin la parte de oro). Otra de las pruebas ofrecidas por la Fiscalía es el peritaje realizado al celular de la acusada, en el que se hallaron fotos de objetos de valor de la residencia, del plano de la casa, del interior y de terrenos adyacentes.