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Los 500 panes de cocaína, agrupados en paquetes de 10 panes, fueron pillados en bolsas extragrandes denominadas big bag, que contenían carbonilla.
El contenedor contaminado estaba depositado desde hace aproximadamente un mes en el puerto privado Terport de Villeta, supuestamente como para ser enviado a Portugal, aunque aún no se había hecho el despacho correspondiente.
En la misma situación estaban otros cuatro contenedores, uno de ellos con destino también a Portugal, otros dos para Bélgica y el último para Israel.
Coincidentemente, estos cinco contenedores, incluyendo el que fue abierto y dentro del cual se halló la droga, pertenecen al exportador Alberto Antonio Ayala Jacquet, ya imputado por tráfico internacional de drogas.
Ayala es también responsable de los otros seis contenedores que fueron verificados el lunes último y en uno de los cuales ya se habían hallado 2.331 kilos de la citada droga.
Sin embargo, el propio Alberto Ayala acusa a su “socio comercial” Cristian César Turrini Ayala, quien también está imputado y con prisión, de ser el verdadero responsable del cargamento de carbón que se debía enviar en los 11 contenedores.
Según Alberto Ayala, él solamente le prestó a Turrini su servicio de exportación en los contenedores alquilados a nombre de su firma unipersonal.
Llamativamente, Turrini o Ayala pagaban aparentemente de manera innecesaria la elevada tasa de permanencia diaria de estos cinco contenedores revisados ayer en el puerto, ya que podrían haberse ahorrado ese dinero si los guardaban en sus depósitos particulares, teniendo en cuenta que ni siquiera habían empezado los trámites de despacho para la exportación.
Con un punzón
Policías de la Unidad de Investigación Sensible (SIU) y del departamento Antinarcóticos, así como funcionarios de la Coordinación Administrativa de Investigación Aduanera (CAIA), procedieron a abrir ayer de mañana el primer contenedor sospechoso mediante una orden judicial conseguida por la fiscala Elva Cáceres, titular de la causa.
Al sacar una de las bolsas con carbonilla, los intervinientes la clavaron con un punzón y la herramienta ya salió con la punta “sucia” con el polvo blanco de la cocaína.
Entonces, abrieron completamente la bolsa al colgarla con un montacargas y ahí cayó, además del carbón, el primero de los 50 paquetes de 10 panes que contenían también las otras bolsas revisadas posteriormente.
En total, la droga pesó 575 kilos, que sumados a los 2.331 kilos del lunes, llegan a 2.906 kilos, lo que pasa a ser la mayor incautación de cocaína en la historia del Paraguay.
La Policía sugirió la destrucción inmediata de la cocaína incautada, aunque el Ministerio Público también debe decidir qué se va a hacer con el megavolumen de carbón y carbonilla que se iba a enviar con la droga.