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Los desplazamientos de familias y la nula respuesta de la dictadura stronista fueron las razones que movieron al entonces arzobispo de Asunción Ismael Rolón (de la congregación salesiana) y a algunos sacerdotes a establecer en la década del 80 asentamientos modelos para los afectados. El obstáculo era la falta de tierra.
A propuesta del recordado pastor, el sacerdote José Zanardini fue el que llevó la idea de Rolón a Italia, y su misma familia se encargó de comprar y donar la propiedad en Limpio. Así se estableció la Villa Don Bosco II, un modelo de asentamiento con todas las comodidades e incluso se previeron unas tres hectáreas para espacio de recreación u otros fines sociales a futuro.
Las tres hectáreas siempre se utilizaban para el encuentro de los vecinos, hasta que de repente, hace dos años, apareció un cartel que informaba del loteamiento para la venta de la mencionada fracción. El anuncio movilizó a los vecinos de la Villa Don Bosco II para frenar la venta. La respuesta salesiana fue que las tres hectáreas están tituladas a nombre de la congregación. En su momento, no solo esta fracción estuvo a nombre de la misma, sino toda la propiedad y a medida que se construían y se afincaban las familias se transferían los lotes a los ocupantes.
Moralmente las tres hectáreas que forman parte de totalidad de la propiedad donada por los Zanardini corresponden a los lugareños. Hasta el derecho canónico está a favor de los vecinos porque dice en su artículo 1267, parágrafo 3, “Las oblaciones hechas por los fieles para un fin determinado solo pueden destinarse a ese fin”.
El inspector de los salesianos, Mario Villalba, no puede desconocer esta normativa. La Congregación Salesiana es poseedora de valiosos inmuebles e instituciones, por lo que no necesita de la venta de una propiedad donada para los pobres. Los religiosos hicieron votos de pobreza y no deberían ambicionar fines crematísticos, más aún sabiendo que la propiedad donada por los Zanardini es de los pobres.
La postura de la congregación está generando entredichos entre sus miembros y hasta algunos están ofendidos por la intención de convertir en plata un bien que fue adquirido para la promoción de los pobres.