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Este domingo, en inmediaciones de la basílica de Caacupé la actividad se tornó normal, como suele registrarse semanas antes de las celebraciones del 8 de diciembre. Tanto la actividad comercial como religiosa volvieron a su regularidad, a juzgar por la cantidad de personas que fue hasta allí.
Un gran número de feligreses acudió esta mañana a la basílica, a pesar de que aún existe un alto riesgo de contagio de coronavirus, especialmente en encuentros donde se registran aglomeraciones y no se respetan las medidas sanitarias.
Además de los fieles, en la explanada de la iglesia se pudo ver a vendedores ambulantes ofreciendo sus productos a los visitantes.
También llamó la atención que en su mayoría las personas no hayan utilizado tapabocas ni tampoco cumplido con el distanciamiento de dos metros sugerido.
Pese a las recomendaciones de la cartera sanitaria de no exponer a los niños, se pudo observar a varias familias congregadas en la capital religiosa.
Días pasados, en el primer corte sobre la situación del coronavirus en el país desde el establecimiento de la cuarentena sin fases, el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, había advertido que este año las festividades marianas del mes de diciembre tendrían un formato diferente. El ministro pidió que niños y personas en la franja de riesgo no acudan a la peregrinación y mencionó que se está trabajando en un protocolo con las autoridades episcopales para las personas que indefectiblemente acudan.
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