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María Cristina Villalba es cabeza del clan Villalba López, de Canindeyú, junto con su hermano Carlos “Cabrito” Villalba López, exintendente de La Paloma, distrito desde donde construyeron su poderío político.
La lista de ilícitos con los que alguna vez fue involucrado Carlos Antonio Villalba López, hermano de la diputada colorada Cristina Villalba –vinculada a uno de los prófugos por el crimen de Pablo Medina–, es extensa.
El exintendente de La Paloma estaría presuntamente involucrado en el contrabando de mercaderías al Brasil, siendo uno de los principales rubros el cigarrillo, aunque se le agregan otros, como insumos agrícolas o productos electrónicos.
Carlos Villalba López ya había sido denunciado por sus cercanas vinculaciones con Claudecir da Silveira, alias “Mano”, un brasileño con orden de captura que vive protegido en territorio paraguayo desde hace años y es sindicado como uno de los principales líderes de una poderosa mafia que domina el tráfico de cocaína, armas y hasta animales en la zona fronteriza.
La mafia, que contaría con el apoyo de policías y fiscales, domina además el tráfico de camiones robados.
El exdiputado colorado Julio Colmán había indicado a Radio Ñandutí que el expresidente Nicanor Duarte Frutos y el anterior, Horacio Cartes, conocían las vinculaciones de los Villalba con actividades ilícitas en Canindeyú.
Colmán señalaba, además, que durante la campaña de Cristina Villalba para la Cámara de Diputados se utilizaron más de 30 vehículos robados en Brasil y que Carlos “Cabrito” Villalba amasó su fortuna gracias al tráfico de automotores traídos al país de manera irregular. “Es el más famoso de los importadores de vehículos mau en Paraguay”, expresó.
Investigadores privados de Brasil llegaron a calificar a Villalba López como el supuesto “Beira Mar paraguayo”, en alusión al detenido Fernandinho Beira Mar, narco brasileño.
“Hice viajar a muchos”
En 2012, el intendente de La Paloma protagonizó un hecho bastante particular al ser acusado de haber amenazado de muerte a su entonces colega de Salto del Guairá, el también colorado Eduardo Paniagua Duarte.
“Nde ningo reikuaa porã che mba’eichaguápa. Hetápema amboviaja, ha remakanea ha ndéve avei romboviajáta” (vos sabés bien qué clase de persona yo soy. Ya les hice viajar (matar, en la jerga de la mafia) a muchos y si macaneás, a vos también te haré viajar), me dijo", señaló el entonces intendente saltoguaireño.
Y los antecedentes suman y siguen.