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A la gran inseguridad reinante en la capital, se le suma ahora una nueva modalidad de asaltar. Los delincuentes apelaron a su creatividad para hallar una nueva manera de tomar desprevenidas a sus víctimas, sin importar que estas estén circulando a bordo de sus vehículos.
Hasta hace poco, era común pensar que si uno contaba con un automóvil, al menos tenía seguridad y tranquilidad para llegar a casa a salvo, pero ya no es así. Ahora, ni siquiera los automovilistas se salvan de ser despojados de sus bienes en las calles.
El nuevo estilo adoptado por malvivientes, tiene como escenario la calle Cañadón Chaqueño, a la entrada de la Costanera Norte, de Asunción, una zona excesivamente oscura que es aprovechada por los delincuentes para realizar la emboscada. Valiéndose de piedras, y divisorias que deja en el lugar la gente del MOPC, montan el obstáculo para que el conductor se vea forzado a detenerse y allí lo asaltan.
Sospechó y se salvó
Así nos describió la situación uno de los conductores, de nombre Hugo Garay, quien hace dos semanas se salvó cuando transitaba por la calle Cañadón Chaqueño a bordo de su vehículo, y ni bien notó la barricada, optó por desviar y continuar a contramano, para evitar ponerse en peligro.
Como es una zona tan oscura ni siquiera consideró bajarse a sacar las piedras, sino que esquivó el lugar y siguió a contramano por la calle de salida a Asunción, donde los dos tramos se convierten en uno solo.
Luego de ponerse a salvo, inmediatamente reportó el caso al 911. Los uniformados se comprometieron a enviar una patrullera para revisar qué pasaba en el lugar. Cabe resaltar que en ese momento ninguna patrullera estaba presente a lo largo de la Costanera, y que, por el robo de los cables subterráneos del tendido eléctrico, es una zona muy oscura y peligrosa.
Joven esquivó a malvivientes
Lo mismo le ocurrió a una joven que trabaja en el rubro de la salud y transitaba por la Costanera al culminar su guardia, el miércoles 14, por la noche.
La joven logró esquivar a los asaltantes e hizo la denuncia en la comisaría jurisdiccional, donde, para su sorpresa e indignación, los policías que tomaron la denuncia le dijeron que “no eran horas de circular”, como si eso justificara el susto del que fue víctima.