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El padre Francisco de Paula Oliva, más conocido como Pa’i Oliva, nació en Sevilla, España, el 14 de octubre de 1928. Hijo de Carmen Alonso y Francisco de Paula Oliva Mack. Ingresó al noviciado jesuita del Puerto de Santa María en Cádiz en 1946.
A Paraguay llegó en abril de 1964 y fue destinado a trabajar con los jóvenes de Cristo Rey y de otros colegios de Asunción. Organizaba campamentos y trabajos comunitarios para que los jóvenes fueran descubriendo la pobreza de su pueblo. Oficiaba las famosas misas dominicales “agogó” con guitarras eléctricas, canciones modernas y prédicas sobre la realidad sociopolítica del país. Impulsó también la creación del Departamento de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica del que luego fuera director.
Sin embargo, todo su quehacer fue muy molesto para el entonces dictador Alfredo Stroessner y en la noche del 22 de octubre de 1969 el Departamento de Investigaciones recibe la orden de “echarlo al río”. Esa noche logró salvarse de la muerte gracias a un antiguo alumno jesuita. Tras su expulsión vivió y trabajó en Buenos Aires, Argentina; en Managua, Nicaragua; en Cuenca, Ecuador; y finalmente vuelve a su España natal donde reside los 10 últimos años de exilio trabajando con jóvenes en la Provincia de Huelva.
Retorna al Paraguay en 1996 y desde entonces vivió en el Bañado Sur. Allí inicia el Parlamento Joven, organización no gubernamental, sin fines de lucro, pluralista, libre y democrática, abierta a jóvenes de 15 a 30 años de edad en donde se discutían temas que hacían a la problemática nacional. Esta obra le permitió trabajar en la formación política de jóvenes de todo el país y llegó a formar a más de 3.500 jóvenes de los 17 departamentos.
Asociación Mil Solidarios
Soraya Bello, directora ejecutiva de Mil Solidarios, nos comenta que también en setiembre de 1999 Pa’i Oliva fundó, junto con un grupo de hombres y mujeres preocupados por la realidad social y económica del Bañado Sur, la Asociación Mil Solidarios que incentiva y apoyaba a los niños y adolescentes a terminar sus estudios escolares y secundarios. “Esta obra nace con la finalidad de evitar la deserción escolar de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que aquejados por la pobreza en la cual vivían se veían obligados a dejar sus estudios para poder trabajar y así ayudar a sus familias. A pesar del incentivo, igual muchos no concluían sus estudios. Años más tarde Mil Solidarios se convirtió en un Programa de Atención y Formación Integral para jóvenes estudiantes del Bañado Sur. Dicho programa llegó en el 2010 a atender a más de 1.000 estudiantes en 4 Centros abiertos que contaban con educadores, formadores, psicólogos, trabajadores sociales a disposición todos los días de la semana. Además se le brindaba a cada estudiante una beca que le permitía costear sus estudios. Cada niño, niña, adolescente o joven que asistía a Mil Solidarios era atendido en todos los aspectos de su vida, la finalidad era siempre que pudiera desarrollarse de forma integral y convertirse en un o una joven comprometido con su comunidad y su patria. Por tanto, además de formación académica que los becados y becadas recibían, también eran instruidos en una profunda formación humana y política”, señala Soraya.
La obra recibió en el 2010 el Premio Municipal “Nuestra Señora de la Asunción” como mejor organización del año. Desde sus inicios y hasta el 2018 fue financiada por la Fundación Santa Librada, hoy se sostiene con fondos de programas de subvención internacional. Actualmente se cuenta con 2 centros abiertos, el Centro de Atención Familiar (CAFA) que atiende y capacita a mujeres y madres adolescentes y Solidario Rape que trabaja con un centenar de adolescentes y jóvenes.
Radio Fe y Alegría
Río de Palabras fue su programa de radio en la 1.300 AM. Allí analizaba la realidad nacional y política con invitados que pudieran llevar de primera mano la información. “Además de sus obras y su trabajo en los medios de comunicación, ha sido testigo y actor clave de momentos históricos de nuestro país como lo fue el Marzo Paraguayo, la huelga general y crucifixión de los choferes de la línea 49, el caso Curuguaty en otras tantas luchas donde se hizo presente como miembro visible de una Iglesia comprometida con las luchas del pueblo. Siempre participaba en las marchas por los derechos de las mujeres, los niños y niñas, los campesinos, los indígenas y de los sectores populares. Todo le importa, nada le es indiferente”, sostiene Soraya.