El “amor” de Silvio Ovelar vota por segunda vez en el Senado

Como en el amor, uno muchas veces tropieza con la misma piedra, y es así que el senador Silvio “Beto" Ovelar volvió a incurrir en el “error” de dejar abierto su micrófono al momento de la votación de un proyecto de declaración en el Senado, lo que permitió ratificar una vez más que quien decide sobre temas de relevancia para el país es su esposa. El tema tratado hacía relación a Itaipú, donde su esposa Iris Magnolia Mendoza es funcionaria con un millonario salario.

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Hola mi amor, este proyecto de Abel (González) yo voy a vota en contra, ¿verdad?”, se escucha consultar por teléfono al senador Silvio “Beto” Ovelar, al momento de la votación del Proyecto de Declaración “Que insta al Poder Ejecutivo, a que personalmente y a través de su director general y miembros del Consejo de la Itaipú Binacional (lado paraguayo) a recibir los históricos reclamos presentados por los extrabajadores y dé una solución definitiva a la problemática laboral y derechos no percibidos de los exobreros; extrabajadores paraguayos de empresas contratistas y subcontratistas de obras, locadores y sub-locadores de servicios y contratados directos de la binacional, así como la devolución de haberes jubilatorios por la Cajubi a extrabajadores paraguayos”.

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El episodio no pasó desapercibido por sus colegas, ya que se escuchó claro y nítido antes de que el legislador emita su voto y muchos de ellos rieron, mientras que el presidente de la Cámara, Óscar “Cachito” Salomón, lo nombró intentando que se diera cuenta de que estaba siendo oído.

Si bien no dio nombres, es de suponer que al dirigirse a su interlocutor como “Amor”, quien estaría del otro lado de la línea sería su esposa y la directora de asesoría jurídica de Itaipú, Iris Magnolia Mendoza, a quien no es la primera vez que Ovelar llama a reportarle cuestiones que tienen que ver con la Binacional.

El caso anterior fue justamente cuando se trató el recorte de los millonarios salarios de los funcionarios de las binacionales, entre los cuales se encuentra Mendoza de Ovelar, cuyo salario y beneficios rondan los G. 100 millones mensuales. “Hola mi amor, los cartistas están con nosotros a excepción de Monges, que no estuvo presente, Calé y yo…”, había reportado Ovelar a su esposa, según se escuchó durante una sesión previa en julio pasado.

Es paradógico que el reclamo de los trabajadores paraguayos de Itaipú, que exigen indemnizaciones y compensaciones salariales, ya que durante el momento de la construcción de la hidroeléctrica ellos recibieron un salario menor al que pagaba la contraparte brasileña, y uno de los argumentos de los que se oponían a los recortes ahora era que Brasil pagaba salarios similares, sin embargo Ovelar votó por el “no” al proyecto de declaración.

En pocas palabras, se opuso al reclamo de extrabajadores para una compensación, pero cuando se trata de tocar el jugoso salario de su esposa, ahí sí corresponde la “equidad”.

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