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Mayeregger indicó que, de acuerdo a los informes que están recibiendo, existe un 79% de probabilidad de que el fenómeno La Niña afecte a nuestro país en los próximos meses. Es decir, sería muy baja la cantidad de lluvia acumulada que caería en lo que resta del año.
En ese sentido, también indicó que las previsiones señalan que entre el trimestre de octubre-noviembre-diciembre las lluvias estarán al orden del 40% menos en comparación a las registradas el año pasado. Recordemos que esa es la época en la cual habitualmente llegan las mayores precipitaciones en el país.
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“Eso significa una reducción importante en la cantidad de agua que pueda precipitar y… sabiendo que estamos en plena etapa de siembra gruesa de primavera-verano, será muy perjudicial”, manifestó el ingeniero.
Asimismo, explicó que las quemas son tan “catastróficas” que afectarán en el porcentaje de lluvias. “Eso genera un efecto invernadero que hace el calor que se tiene acumulado en la tierra no puede salir debido a la humareda y vuelve para abajo, entonces aumenta el problema”, puntualizó el director de la Unidad de Gestión de Riesgos del MAG.
Igualmente, contó que la cosecha invernal de trigo tuvo un impacto negativo con las heladas. Detalló también que desde setiembre se realizan las siembras del sésamo, la soja, el maíz, el girasol, mandioca, caña de azúcar y otros rubros muy importantes en nuestro país.
“Esos son los rubros que en este momento están teniendo inconvenientes en este momento, porque hubo gente que ya sembró con la pequeña rubra que hubo en el sur, pero ahora están sufriendo las consecuencias. Otra gente que sembró en seco esperando que venga esta lluvia entre setiembre y octubre y que según los reportes que estamos recibiendo –sobre todo de la pequeña agricultura familiar– que no están respondiendo positivamente”, declaró.
También contó que la siembra temprana de soja, que ya se inició, está empezando a sentir los efectos negativos de esta sequía. Asimismo, también las frutas de esta estación se están viendo afectadas y algunas debido a que los productores abusan con el sistema de riego sin tener en cuenta las necesidades de cada planta.
“Hay que tratar de entender que exagerar con el riego también es malo; hay que usar la cantidad de manera adecuada. Un riego a la mañana y uno a la tarde, en forma efectiva, va a generar situaciones más favorables que regar todos los días, porque incluso eso podría generar problemas de fitosanidad, es decir plagas y enfermedades que pueden llegar por la humedad y la alta temperatura", advirtió a los productores.
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Buenas prácticas agrícolas podrían salvar al sector
En otro momento, hizo énfasis en que se debe ser optimista ante esta situación, teniendo en cuenta que ya años pasados superamos crisis similares en el sector de la agricultura. “Igual, la gente sembró y pudo cubrir costos de producción, no hubo una ganancia pero el agricultor como tal creo que maneja esta situación, solamente que debe tener el soporte técnico necesario para tomar buenas decisiones. Las buenas prácticas agrícolas son las llaves para que se pueda tener un buen año en cosecha”, declaró.
Admitió que son “climadependientes”, pero cuando se realizan los “deberes” en forma, es decir se respetan los niveles de siembra, la cantidad de semillas y los riegos controlados, es distinta y más alta la probabilidad de obtener resultados positivos.
“El futuro y las probabilidades de que tengamos una buena cosecha va a depender de los productores y los técnicos que los acompañan y, lógicamente, del acompañamiento del buen clima”, finalizó.