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La ley requiere 10 mil habitantes y capacidad financiera para la emancipación, pero Colonia Marangatu no llega a los 2.000 pobladores y su actividad comercial se reduce a una decena de despensas, gomerías y talleres mecánicos.
Darío Gacete, el principal impulsor de la creación del distrito de Marangatu - una colonia ubicada sobre el río Paraná en el distrito de Nueva Esperanza, al extremo sur del departamento de Canindeyú - dijo que el mencionado poblado está abandonado y que varias escuelas se cerraron por falta de alumnos.
Garcete culpa por esa situación al intendente de Nueva Esperanza, Francisco Viancheto (ANR) y argumenta la necesidad de que Marangatú tenga una municipalidad propia.
La Ley Orgánica Municipal (Nº 3.966/2010, Artículo 2º), sin embargo, dicta que un poblado que pretenda emanciparse debe ser un pueblo en pleno desarrollo, con una infraestructura pública y privada capaz de sustentar los gastos de funcionamiento de su gobierno y la prestación de servicios públicos esenciales de carácter municipal.
El pago en patente comercial de la comunidad apenas llega a G. 30 millones al año, según la Municipalidad de Nueva Esperanza, y gran parte de su pretendido territorio de 45.655 hectáreas no paga impuestos inmobiliarios porque está en condición irregular, y otra gran porción pertenece comunidades indígenas exentas de tributos.
La citada ley exige que para peticionar al Congreso un nuevo distrito, este debe contar con una población mínima de 10.000 habitantes residentes dentro del perímetro establecido para el futuro municipio.
La Colonia Maragatú, incluyendo los demás núcleos poblaciones que la conforman, no llega a 2.000 pobladores.
Los propios impulsores del proyecto de emancipación se encargaron de mostrar a la prensa que muchas escuelas de la colonia están desiertas y abandonadas por falta de alumnos.
La información fue corroborada por la Supervisión de Control y Apoyo Pedagógico, Región 12. Tres escuelas de Marangatu fueron cerradas entre los años 2015 y 2018 (Escuelas básicas, Nº 4282, 5696 y 5685) por falta de alumnos.
Tan poca gente vive en el lugar que los proyectistas ni siquiera lograron juntar 1.000 firmas para cumplir con otro requisito de la ley para la emancipación. Solo consiguieron 750 firmas.
En las últimas elecciones generales solo hubo 717 sufragantes, incluyendo muchos brasileños que viven al otro lado del río, pero que tienen doble nacionalidad.
El intendente de Nueva Esperanza, Francisco Viancheto, dijo que detrás del proyecto está la mano de la diputada Cristina Villalba, a quien acusa de tener el capricho de consolidar un nuevo feudo político.
“Para ella esto es una pulseada contra el intendente y el gobernador (César Ramírez), quien tampoco aprueba la distritación irregular. Aquí no hay nada para medir fuerza, sino observar y cumplir la ley; y la norma es clara al respecto; forzar la creación de Marangatu es violar la ley, así de sencillo e irrebatible”, opinó.
El intendente Viancheto dijo que la colonia Marangatu es un pueblo que tuvo su origen en los años ’70 y con la migración masiva de brasileños que llegaron en busca de tierras baratas en Paraguay, pero que actualmente está en franco decrecimiento natural debido a que la gran mayoría de sus habitantes solo tienen sus tierras en la zona, pero residen en Brasil u otros puntos de Paraguay.
El propio Darío Garcete, impulsor de la emancipación de la Colonia Marangatu no vive en dicha colonia, sino en la ciudad de Nueva Esperanza.