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El pedido obedece a que en estos seis meses de pandemia muchas familias cuyos ingresos dependen de la actividad económica ligada al comercio fronterizo están muy afectadas por la situación. Este documento fue presentado a los comerciantes durante una marcha y “sentata” que organizó la Cámara de Comercio de Encarnación el martes último frente a la sede de la gobernación de Itapúa.
Desde la vecina orilla, sin embargo, no existe ningún entusiasmo por abrir el paso fronterizo, y esto fue ratificado por el gobernador de Misiones, Óscar Herrera Ahuad, quien ya meses atrás había defendido su tesis de cerrar las fronteras de su provincia, incluso para sus propios connacionales de otros puntos del país.
Esta medida es impulsada también por sectores económicos, particularmente de Posadas, debido a que el cierre de fronteras con Paraguay significó un repunte para el sector comercial posadeño, que históricamente se quejó de la competencia ventajosa del comercio encarnaceno, que no debe soportar una carga impositiva como la que tienen sus colegas posadeños, y en consecuencia compiten con grandes diferencias.
A esto se suma la situación sanitaria en la provincia de Misiones respecto de la pandemia del covid-19, donde el problema está relativamente bajo control, pero existe un temor de que la apertura del puente con Paraguay desate una disparada de pacientes que acudan a buscar auxilio en los hospitales de la provincia.
En declaraciones a un medio argentino, en gobernador misionero planteó una hipotética situación en que pacientes paraguayos acudan a los hospitales de la vecina provincia, una práctica, que, dicho sea de paso, no es nueva. Refirió que la provincia de Misiones tiene la misma cantidad de camas de terapia que todo Paraguay, y en ninguno de los dos países se ha observado que haya bajado la incidencia de casos.