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La Dra. Natalia Cabrera, parte del Proyecto de Terapia con Plasma Convaleciente, remarcó que este tratamiento -que consiste en extraer el plasma de la sangre de pacientes ya recuperados de COVID-19 para tratar a enfermos en el grupo de riesgo de presentar un cuadro grave de la enfermedad- requiere de la compatibilidad entre los tipos de sangre del donante y el receptor.
“Es importante que exista una compatibilidad entre el donante y el receptor. Tiene que mucho que ver el grupo sanguíneo, sobre todo el grupo ABO”, indicó la Dra Cabrera, haciendo un llamado especial a la donación de plasma a los grupos tal vez un poco menos habituales. “El grupo O es el más frecuente, pero el grupo A, B o AB que son más raros, que es menos frecuente, tiene un llamado con honores para acercarse”, invitó.
“Es importante que exista una compatibilidad entre donante y el receptor y eso tiene que ver con la seguridad de la intervención”, destacó entre uno de los factores que hacen un tanto particular este tratamiento. Otro punto que destacan es que para elegir a los pacientes que pueden recibir el plasma, estos tienen que estar en una etapa temprana de la enfermedad de COVID-19, por lo que es poco efectivo para caso de internados en Terapia Intensiva.
Mencionaron que los elegibles son los que “tienen algún factor de riesgo de deterioro clínico, y también estos pacientes tienen que estar en los primeros días de su enfermedad, máximo hasta 15 días, pero idealmente (...) antes de los 10 días" y reiteró que “la gente que está críticamente enferma, con asistencia respiratoria mecánica, en terapia intensiva, no son elegibles para este proyecto para ensayo con plasma convaleciente" y reciben otro tipo de tratamiento.
Destacó que máximo en un mes esperan tener resultados conclusivos de este estudio que realizan con este tratamiento y poder exponerlo con fundamentos científicos a toda la ciudadanía, pero agregó que los resultados preliminares han arrojado indicios interesantes de la efectividad.