Cargando...
El presidente de Unión Industrial Paraguaya (UIP), Gustavo Volpe, realizó un análisis como parte de la conmemoración del Día de la Industria, que en nuestro país se recuerda mañana.
Lo primero que destacó Volpe fue el papel que desempeña el sector y la necesidad de que se otorguen más herramientas que permitan mejorar su rendimiento, que se traduzca en más oportunidades de empleo, optimización de la producción y mayor exportación, puesto que de implementarse los mismos tendrían un impacto favorable directo con el incremento de la recaudación del Estado, lo cual permitirá avanzar en el dinamismo económico del país, aseguró.
“Hoy estamos compitiendo dentro de nuestro mercado, con un escenario muy hostil, atestados de contrabando de países que devaluaron sus monedas y también con productos importados que tienen incentivos para la industrialización en sus países de origen”, evaluó el empresario.
Agregó que en estas condiciones es muy difícil que la industria paraguaya se pueda desarrollar y, aún así, lo está haciendo. “Es hora de que desde el Estado lo reconozca y encamine las decisiones de política pública que este sector necesita para empujar el desarrollo de todo el país”, mencionó criticando al gobierno del presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
Los cuestionamientos no son nuevos. Se trata de un pedido que hace años el sector viene realzando y ahora, con pandemia, la crisis ha evidenciado la política pública para el sector industrial es un asunto que pronta requiere atención.
La crisis económica derivada de la pandemia obliga a que al sector formal le recaiga con mayor peso tributar lo necesario para que el Estado cuente con los recursos para mantenerse operativo y avanzar hacia la reactivación económica que tanto urge.
Volpe agregó que el impacto del covid-19 ha dado un impacto casi fulminante a la economía, y para ello, recordó las palabras del economista Kenneth Rogoff, quien cataloga a las consecuencias de la pandemia como “el derrumbe inmediato de la producción global que ya está en curso parece destinado a ser comparable o superior a cualquier recesión de los últimos 150 años”. Añadió que nuestra economía, como probablemente todos lo sienten, atraviesa una de las etapas más críticas y severas de caída en el crecimiento económico, y en el empleo.
Situación única
Volpe admitió que, de cierta forma, protegió la industria la circunstancia única del bloqueo del paso en las fronteras. “El sector industrial se encuentra con baja actividad económica, esto a pesar de que algunos sectores inicialmente se habían visto favorecidos por la situación única del cierre de fronteras. Hoy, la mayor parte de las empresas aún se encuentran por debajo de los niveles de producción, esto por los diversos problemas tanto de movilización, acceso a mercados, financiamiento de inversión y en especial por la débil demanda interna como externa”.
Especificó que esos factores han obligado a muchas empresas a extremar recursos de manera a mantener los niveles de producción y empleo, “la situación de la industria es delicada, pero con el debido estimulo e impulso podría sobreponerse a esta situación adversa, y transformar esta crisis en una oportunidad positiva, tanto para el sector como para el país”, estimó.
Consideró que la voluntad política es clave para los resultados. “Todo futuro depende de las decisiones que se tomen hoy”, dijo y apeló a la consciencia de las autoridades para dar “un golpe de timón”.
“Creemos que el futuro de la industria se podría definir en un plan nacional, que tenga como objetivo incrementar el grado de industrialización de nuestros bienes, expandiendo los bienes nacionales ofertados en el mercado, y, principalmente, aumentar la participación de la industria en las exportaciones, a través de generar nuevos productos, y ser más competitivos”, observó.
A modo de graficar la importancia del sector en la economía del país, Volpe señaló que 9,1% de la producción proviene del sector industrial en el Producto Interno Bruto (PIB), según los datos del Banco Central del Paraguay del año pasado.
Además, considerando los demás sectores del sector secundario, en conjunto se aporta el 32,4% del PIB provienen de estos sectores generadores de mano de obra.
Por estos motivos, indica que los socios del gremio consideran que deberían ser más reconocidos por parte del Gobierno y que esa valoración se traduzca en mayores beneficios. “Somos uno de los mayores aportantes de ingresos y, por ende, debería ser capaz de generar más políticas públicas orientadas a fomentar la producción nacional”, sostuvo.