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“Dentro de la medicina siempre hablamos de que está basada en la mejor evidencia posible, para ayudar al paciente y asegurarnos que no le vamos a causar un daño. Justamente en pandemia es el momento de adherirse con mayor rigor a la medicina basada en la evidencia porque un error al utilizar una medicación que tiene un efecto negativo y al administrarla a tanta gente, se magnifica el daño de manera exponencial. Además es muy importante mirar al futuro porque nadie cree que el covid-19 va a desaparecer en los próximos meses, y si no hacemos los estudios correspondientes ahora que tenemos esta ola de pacientes, va a ser muy difícil de aquí a 12 o 14 meses saber realmente qué funciona y qué no, y vamos a seguir perdiendo el tiempo con terapias que no funcionan o terapias que pueden ser peligrosas”, dijo.
Recomendaciones arriesgadas
El doctor resaltó que cada paciente y cada médico puede discutir en forma individual ciertos tipos de tratamiento pero hacer recomendaciones de que todos deben recibir una droga como por ejemplo la ivermectina, de la cual no existen datos certeros de que funcione, es arriesgado e irresponsable.
“Esta lección está aprendida con la hidroxicloroquina y con la azitromicina, que en los estudios randomizados se ha comprobado que no tienen ningún efecto y que inclusive pueden causar daño, como arritmias a nivel del corazón”, refirió.
Ante la oleada de médicos, incluidos varios de nuestro país, que están solicitando que se experimente con fármacos como la ivermectina, que se utiliza para tratar parásitos, el doctor Zanotti explicó que es muy importante entender primero cómo reacciona el ser humano.
“La gente tiende a sobrevalorar las intervenciones cuando el resultado es positivo y tiende a subvalorar las intervenciones cuando el resultado es negativo. Esto se ve en todos los niveles y ocurre en la medicina, sobre todo en este tiempo de covid-19 donde el 80% o más se recupera o tiene muy pocos síntomas, y la gente atribuye a cualquier cosa que hizo durante la enfermedad ese mejoramiento, pero cuando los pacientes terminan en terapia y mueren, la gente atribuye el mal resultado a la enfermedad o a un tratamiento tardío, olvidándose de que los fallecidos recibieron el mismo tratamiento que otros que se recuperaron”, comentó.
Zanotti agregó que el ser humano vive a través de las historias. “Por ejemplo, te dicen un amigo doctor en Italia tuvo esta experiencia y me dijo que funcionó, yo quiero creer esa historia y ese es el problema. Cuando hacemos los estudios clínicos nos damos cuenta de que podemos causar daño, como ocurrió con la hidroxicloroquina y la azitromicina que hoy se comparan con un placebo, y muchos estudios dicen que puede ser peligroso, sin embargo mucha gente dice que lo usó y le funcionó, porque quieren creer y porque estamos ante una enfermedad que si bien ha matado a mucha gente en el gran porcentaje de los casos mejora”, comentó.
El profesional resaltó que son vitales los estudios clínicos para saber la efectividad de nuevos fármacos, y explicó que de allí viene la necesidad de justificarse y menospreciar los estudios que no están de acuerdo con lo que uno cree.
“La infodemia tiene un aspecto que es muy importante, ya que no todos los estudios tienen el mismo peso y el mismo rigor, y no todos los expertos tienen el mismo peso y rigor. Por ello hoy en día con YouTube cualquier persona puede hacer un video y presentarse como un experto. Lo único que le pido a la gente que se pregunte si la ivermectina fuese tan fantástica, por qué es que los países donde se ha implementado en forma masiva como Perú o Brasil, la mortalidad sigue siendo alta y mucho más alta comparándolos con el resto del mundo. Esto da para pensar si realmente las historias concuerdan con lo que estamos observando”, puntualizó.