Hospitales empiezan a estar a tope y anuncian “nuevo protocolo” para cubrir carencia de test

Ante la cantidad de contagios por COVID-19, hospitales y laboratorios de procesamiento de análisis se están viendo al borde del colapso. Un equipo periodístico constató la realidad en hospitales de referencia como el Nacional de Itauguá, el Ineram y el Hospital Ingavi del IPS, donde la situación es alarmante. El director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, afirmó que serán más laxos a la hora de confirmar los casos positivos, aplicando la modalidad de declarar positivos por “nexo epidemiológico”, para evitar utilizar los escasos test laboratoriales disponibles. Afirmó que definirán el mecanismo, ya que podría aumentar aún más el subregistro de casos, algo que ahora ya es una realidad.

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El Hospital Nacional de Itauguá ya ayer se declaró a tope, con las 51 camas de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) ocupadas al igual que las de internación de confirmados con COVID-19. Solo le restaban libres 8 camas para pacientes con sospechas de la enfermedad y que aún no hayan sido confirmados laboratorialmente.

“Sólo quedan 8 camas de internación disponibles para personas sospechosas de tener la enfermedad. Realmente la situación es crítica, desde el lunes nosotros empezamos a aumentar las camas de pacientes COVID y el día de hoy estamos con las camas llenas”, indicó la jefa del área modular del Hospital de Itauguá, la Dra. Patricia Sobarzo.

Sin embargo la disparada de casos que requieren internación van en aumento ya desde principios de mes. “Desde agosto los casos aumentaron y se llegaron a triplicar y hoy estamos llenos realmente. Las camas de terapia intensiva están ocupadas en su totalidad; también las salas de internación en Medicina Interna están ocupadas, y sí tenemos lugar en el bloque donde decimos que ingresan los pacientes sospechosos, que son aquellos que aún no tienen confirmado el hisopado”, comentó.

Un panorama es muy similar en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Medioambiente (Ineram), donde 3 de las 4 áreas destinadas a pacientes con COVID-19 están al máximo de su capacidad. También, si bien tiene camas disponibles de Terapia Intensiva, todas las operativas están ocupadas y las restantes, no cuentan con terapistas.

“Aquí actualmente contamos con la Urgencia que tiene capacidad para ventilación de pacientes, y los pabellones también destinamos a eso (internados por COVID) y tenemos dos salas destinadas a Terapia Intensiva”, explicó por su parte el Dr. José Fusilo, jefe del área modular del Ineram, quien agregó que “de las cuatro que te mencioné, tres están al 100% y en una de ellas ahora mismo tenemos ya pacientes, pero todavía no está 100% operativa porque nos faltan más personal”.

En el Hospital Ingavi, no solo genera preocupación la ocupación de las camas de Terapia de Adultos, sino también un pequeño paciente de apenas ocho meses que está internado en la Unidad Pediátrica de Cuidados Intensivos. En dicho hospital, hay 33 internados, tres de los cuales están en terapia intensiva de adultos y el pequeño ya mencionado.

“Está estable porque es un bebé de 8 meses, un varoncito al que lo tenemos todavía en terapia intensiva”, comentó la encargada del Hospital del IPS.

Dudas respecto a “nuevo protocolo” para diagnósticos

Existe una duda sobre el nuevo protocolo que anunció ayer el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, para determinar los casos positivos. El titular de la cartera habló escuetamente afirmando que: “Es un estudio muy rápido que se basa en antígenos (...) No es un test de anticuerpos, es un test de antígenos que si da positivo entonces ya se confirma el caso y si da negativo la persona debe seguir adelante con el test que todos conocemos”. Se excusó en dar más detalles diciendo que oportunamente los difundirá.

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Consultado al respecto, el director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, planteó otro sistema, el de declarar positivos por “nexo epidemiológico”, una modalidad muy similar a los casos de dengue, donde si un integrante de la familia daba positivo a los análisis de la enfermedad transmitidas por mosquitos, y otros integrantes de la familia presentaban síntomas similares, directamente ya eran diagnosticados positivo por “nexo epidemiológico”.

Sequera indicó que este mecanismo sería aplicable en zonas como Asunción, Central y Alto Paraná, donde ya existe circulación comunitaria. “Cuando se habla de circulación comunitaria significa que ya tenemos sostenidamente en la últimas 3 a 4 semanas un aumento considerable de casos y sin nexos, por ejemplo tenemos una alta internación, gravedad y mortalidad de los pacientes”, explicó y dijo que en esos casos, si alguien con sospechas de COVID-19 tiene en su “entorno inmediato” con un caso positivo, directamente se le considerará también positivo.

Se considera parte del entorno inmediato no solo a la familia, sino también a grupos habituales de contacto, como por ejemplo los compañeros de trabajo de la misma cuadrilla y demás. En el caso de darse dichas condiciones “ese caso se considera confirmado por nexo epidemiológico, obviamente si requerís internarte o por criterios de gravedad, se te va a hacer el test”.

Sequera indicó que ese mecanismo también podría implicar aumentar un problema actual: el subregistro de casos. “Parece sencillo el concepto, que se puede aplicar fácilmente, pero el punto de vista logístico, cómo registramos esos casos es el problema”, advirtió Sequera.

“Como que contamos como un sin nexo, si no tenemos la confirmación laboratorial”, planteó sobre el desafío que intenta subsanar para aplicar esta técnica, ya que de no hacerlo correctamente, “nos va a generar un subregistro mucho más grande de lo que hay”.

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