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Para Barreto, llama la atención el trabajo divulgado, más aún al tenerse en cuenta que la mayoría de los países, en todo el mundo y en especial en América Latina, experimentan un aumento del desempleo debido al impacto de la pandemia.
Aquello lo mencionó con relación al reporte de la Dirección de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) en el que señala que el desempleo bajó a 7,6% en el segundo trimestre de este año desde 7,9% como estaba en el primer trimestre, cuando empezaba la cuarentena estricta.
Según dicho estudio, la cantidad de personas en la franja de desempleo abierto en el segundo trimestre del año fue de 256.882, inferior a 285.904 del primer trimestre y también inferior a las 264.683 personas que no encontraron empleo en el segundo trimestre del 2019.
No obstante, en otro ítem de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) de la Dirección de Estadística, se agrupa en “inactivos circunstanciales” a 217.000 personas que perdieron su trabajo en el segundo trimestre (durante las restricciones sanitarias) y que no lo estaban buscando porque el mercado estaba “inactivo”, por lo cual no integraron la franja de desempleo abierto.
“Me parece que considerarlos como inactivos porque no pudieron buscar empleo a causa de la cuarentena no es algo razonable. Económicamente lo correcto era incluir a las personas que perdieron su trabajo como desempleados”, apuntó Barreto.
Agregó que a los ojos de observadores externos es como buscar artilugios para no reflejar un aumento muy drástico en la tasa de desempleo, lo cual es un contrasentido, ya que estamos en medio de la peor recesión en el último siglo.
“Hay que tener cuidado y rigurosidad en las estadísticas del país porque son un bien público, cuya credibilidad hay que mantener más aun en momentos tan críticos como este”, advirtió.
Luego vienen la estimación de los indicadores de pobreza y el censo de población y viviendas, cuyas informaciones son vitales para el diseño e implementación de s políticas públicas en el país, y deben basarse en la responsabilidad y credibilidad de los datos, dijo.
Según registros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Latinoamérica y el Caribe marcan un récord histórico de 41 millones de desempleados como consecuencia del covid-19. Es la cifra más alta de desocupación desde que hay registros. Los países más afectados de la zona son Chile (11,2%), Brasil (12,9%), México y Colombia (21%).