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En la reunión de la que participan los principales gremios médicos, de enfermería y de investigación del país se desprendieron críticas unificadas respecto a ciertos puntos, como los retraso de los test sobre todo para personal de salud, que tarda hasta 15 días para ser entregados y la falta de equipos de protección en ciertos servicios.
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Mazzoleni reconoció problemas con la celeridad de los test, pero negó que haya inconvenientes con los insumos. Afirmó que si existen problemas con la provisión de equipos de protección son puntuales por la falta de gerenciamiento de algunos sitios, pero afirmó que supuestamente tienen incluso stock de los mismos y se prevén más compras.
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Los profesionales coincidieron en que los testeos son fundamentales, al menos para todos los que acueden a centros asistenciales atendiendo que ya existe una circulación comunitaria.
El presidente de la República, Mario Abdo Benitez también participó como oyente en parte de las exposiciones y se limitó a valorar como positiivo el diálogo y afirman que están dispuesto a escuchar las recomendaciones. “Independientemente a los puntos de desencuentro naturales, los errores que se pueden cometer de administración, de la burocracia pública y vamos a seguir poniendo nosotros toda nuestra voluntad para poder llevar adelante este gran desafío”, afirmó Abdo Benítez.
Los senadores Desiré Masi y Jorge Querey fueron algunos de los directos con el ministro, cuestionando sobre todo por el uso de recursos que se les otorgó y sobre todo por el problema con los test, ya que insisten en que la estrategia de lucha contra el COVID-19 dependen directamente de la posibilidad de detección y aislamiento de la personas.
Querey le indicó a Mazzoleni que particulamente iba a entrar en plantear su destitución o renuncia, pero si le exigió un “golpe de timón”.