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“18 bien cumplidos. Me tocó el mejor papi”, escribió Milady Báez con emojis de corazoncitos intercalados en su cuenta de Twitter y generó una ola de comentarios. Algunos celebraban su ostentoso regalo, una camioneta BMW -que se presume 0 km y del año- mientras que otros comenzaban a preguntar a qué se dedicaba tan generoso progenitor.
Es que Milady -hasta ayer desconocida- es hija de Néstor Concepción Báez Alvarenga, quien está preso en la Agrupación Especializada desde el año pasado, luego de permanecer recluido en la penitenciaría de Emboscada. Baéz Alvarenga es requerido por la justicia brasileña y tiene un pedido de extradicción en proceso. Es considerado uno de los jefes narcos del Comando Vermelho.
Un usuario de la referida red social que tuitea bajo el nombre de “Humito Maciel” se abocó a la minuciosa tarea de descubrir quién era el dadivoso padre de la jovencita y cuando confirmó lo que muchos sospechaban, abrió un hilo dando detalles sobre la vida lujosa y los antecedentes de la familia Báez. Detalló de principio a fin cómo fue buscando los datos de la señorita y su papá, hasta cómo llegó a las notas periodísticas en la que se informó sobre la aprehensión Báez Alvarenga. Según explicó aunque los Baéz nunca posteaban en redes nada sobre el pater familias (pero sí mucho sobre su lujoso estilo de vida), una foto del momento de su detención en su mansión del barrio Los Laureles fue la clave. Es que la misma casa de fondo (con las paredes de otro color) aparecía en una foto publicada por la mamá de Milady, en la que se veía a un niño tirándose a la pileta.
La camioneta que Milady recibió de regalo es de la marca BWM modelo X3, 0 kilómetro, cuyo valor comercial ronda los US$ 45.000.
Los comentarios sobre la investigación del tuitero no se hicieron esperar y muchos internautas expresaron que el trabajo que este realizó es más eficiente que el de la Senabico, el Ministerio Público y otros.
“Recomiendo que: cuando tengan tiempo, lean este hilo. Ni el Ministerio Público, la SENAD, ni SEPRELAD se animaron a tanto. Espero nomas que al que esta detrás de esta cuenta no lo maten los narcos”, reza uno de los comentarios.
Seprelad, Fiscalía y Senabico nada saben de los bienes
Por otra parte, consultada sobre el caso, la ministra Teresa Rojas, titular de la Senabico indicó que la institución a su cargo no tiene administración sobre los bienes de Báez Alvarenga.
Una respuesta dio el ministro Carlos Arregui de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), quien manifestó que son los fiscales de la causa los responsables de solicitar las medidas cautelares sobre los bienes de los procesados.
Por su parte, los fiscales Alicia Sapriza y Federico Delfino explicaron que ellos estuvieron a cargo de la intervención en la que Báez Alvarenga fue detenido, pero que los procesos con relación a la incautación de su bienes y demás, están a cargo de la Senabico.
Manifestaron que serían responsables la Unidad Especializada en Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo o la Unidad Especializada en la Lucha Contra el Narcotráfico sin precisar si hay algún fiscal designado en estas unidades para llevar la causa.
Ninguna de las autoridades contactadas pudieron confirmar si existen medidas cautelares sobre los bienes de Báez Alvarenga que le impidan disponer de los mismos. Tampoco saben en qué instancia se encuentra el pedido de extradición hecho por la justicia brasileña.
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Frondosos antecedentes por narcotráfico
Néstor Concepción Báez Alvarenga estuvo preso por narcotráfico en Paraguay y fue capturado en 2018 en su lujosa casa del barrio residencial Los Laureles de Asunción, a requerimiento del Brasil. Según los datos, en 2012 había sido incautada en Brasil una carga de 1.748 kilos de cocaína que habría sido enviada por Báez Alvarenga. A causa de aquel decomiso, el país vecino solicitó su captura a nivel internacional.
De acuerdo con los investigadores de la Policía, Báez Alvarenga fue uno de los principales proveedores de cocaína de la organización criminal del Brasil, Comando Vermelho.
Tras la orden de captura difundida en su contra, el sospechoso se refugió por un largo periodo en Bolivia. Luego de unos años regresó al país. Al principio se radicó en Ciudad del Este y luego pasó a Pedro Juan Caballero, donde permaneció al amparo de su amigo Clemencio “Gringo” González Giménez, hasta que este último se vio envuelto en un escándalo en enero del 2015.
En el 2018 policías del Departamento de Lucha Contra el Crimen Organizado detectaron la presencia del sospechoso en Asunción, en su casa del barrio Los Laureles donde finalmente fue detenido.
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Antes de eso, Báez Alvarenga había sido detenido en el 2010 en Pedro Juan Caballero considerado uno de los tentáculos del megatraficante brasileño Fernandinho Beira Mar.
Pero según dan cuenta los registros su carrera empezó mucho antes: también lo capturaron el 8 de octubre de 1998 en Mariscal Estigarribia (Chaco), cuando remolcaba un vehículo con 17 paquetes que contenían 35 kilos de cocaína en su interior.
En enero de 1999, el entonces juez de feria Juan Carlos Paredes le otorgó prisión domiciliaria. La medida fue posteriormente revocada, pero el procesado se fugó y estuvo prófugo de la justicia hasta el 17 de diciembre de 2007, cuando se presentó ante el Juzgado. Báez Alvarenga fue condenado en 2008 a dos años de cárcel como cómplice del tráfico de los 35 kilos de cocaína.