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El obispo de la Diócesis de San Lorenzo celebró la misa principal, realizada a las 8:00, con un número reducido de fieles, entre ellos el intendente Alcibidades Quiñónez, con el lema: “Nos ardía el corazón cuando nos explicaba las Escrituras” Lc24,32. Todos con mascarillas y una distancia de dos metros, conforme al protocolo del Ministerio de Salud, mientras otros fieles escuchaban desde la plaza y la mayoría por las radios María (107.3 FM), Sembrador FM (88.7) de la parroquia, así como por el Facebook.
Robledo señaló que en el marco del “Año de la Palabra de Dios, celebramos con fe, alegría y esperanza la fiesta de San Lorenzo”. Relató que Lorenzo fue diácono de la Iglesia en Roma, donde dio muestras de amor a Dios, de adorarle hasta que su carne fue quemada por el fuego sobre una parrilla, porque presentó al emperador a los pobres, lisiados, leprosos y mendigos como los tesoros de la Iglesia.
El prelado manifestó que así como el santo, ante la crisis de salud a causa de la pandemia, en la diócesis también muchas personas de buena voluntad asumen la actitud de servir con generosidad a los pobres enfrentando el hambre, compartiendo alrededor de las ollas populares. Detalló que muchas personas sirven a sus hermanos necesitados, atendiendo a que muchos no tienen trabajo o lo perdieron.
Desaparecidos
Otra situación difícil y dolorosa -dijo- es la desaparición de la niña de 7 años de la vivienda de su padrastro en la ciudad de Emboscada, en el departamento de Cordillera. Se refirió también al clamor de la gente pidiendo justicia para ella. También recordó al suboficial de la Policía Nacional Edelio Morínigo (31), secuestrado por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), y muchos otros desaparecidos.
Lamentó el desprecio a la vida, el aborto, el crimen de lesa humanidad. “La ambición, la corrupción, situaciones que hieren profundamente y afectan a nuestro país. La vida es sagrada y siempre debe ser respetada; también la vida oculta en el seno materno”, enfatizó Mons. Robledo.
Explicó que las palabras de Jesús según indica el lema de este año: “Nos ardía el corazón cuando nos explicaba las Escrituras” (Lc24:32)” pueden despertar en nosotros la esperanza pérdida.
Acotó que debemos recuperar la frescura original del Evangelio. ”La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo” (San Jerónimo). El cristiano está invitado a leer, meditar, creer, amar y vivir la Sagrada Escritura. San Lorenzo vivió y atestiguó la palabra de Dios. La vida del mártir, como la de Cristo, es ser testigo en medio de los hombres”, indicó.
No asimilan la palabra
Agregó que San Lorenzo es testigo del amor y del dolor; es protector y defensor de los más pobres. Su vida ha sido inmolada por amor al Evangelio. Él estaba comprometido con el hombre de su tiempo y también hoy. “En nuestra sociedad siguen imperando los egoísmos propios y ajenos; continúa la explotación del hombre por el hombre en la extracción de bienes y cosas materiales; se arrastran vergonzantes la mentira, la deslealtad en las relaciones humanas, los sueldos exorbitantes, la miseria del pueblo”.
Además, apuntó que sigue implacable la prepotencia de los poderosos en detrimento de los hermanos débiles. “Es que nuestra fe tradicional es poco lúcida, no nos compromete. No es por una ineficiencia de la obra de Cristo, sino por la deficiencia nuestra. No hemos llegado a entender bien y a comprender cuál es nuestra misión como Iglesia en el mundo, cuál es la voluntad de Dios en los planes de su providencia salvadora”, subrayó.