Cargando...
“A mí también me atajaron, metieron una ametralladora en mi boca y golpearon a mi marido, y nos exigió G. 5 millones”, relató una persona, tras tomar conocimiento de que una comerciante de Coronel Oviedo fue asaltada por dos militares de Curuguaty, la semana pasada. El hecho fue denunciado ante la Policía y el Comando del Primer Cuerpo de Ejército de ésta ciudad.
En Salto del Guairá, varias personas igualmente denunciaron por las redes sociales y los medios locales que policías y militares apostados en caminos alternativos de acceso a la frontera seca “pelan” a quienes transitan con mercaderías por la zona.
“Yo vendo pororó y poroto para salvar la situación y me sacaron el único G. 100.000 que tenía en la billetera. Ahora estoy buscando recursos para irme de acá porque no hay trabajo y la Policía solo nos persigue”, relató un vecino del asentamiento “Canindeyu’i” que solo se identificó con el apellido Sandoval, por temor a represalia.
El caso más grave denunciado, sin embargo, fue perpetrado en Curuguaty el pasado 3 de julio por una comitiva fiscal policial sobre la ruta PY03. Según la denuncia, los uniformados y personal de la fiscalía robaron un camión con 26 mil kilos de azúcar y cuero, y habrían vendido la mercadería ajena a comerciantes de la zona. El camión le fue devuelto a su chofer, Óscar Aguilera, tras ser vaciado por los asaltantes uniformados. La Fiscalía General asignó un fiscal de Asunción para aclarar el hecho.
Decomiso cero
Los agentes militares y policiales que actúan protegidos bajo el amparo del Decreto Presidencial de la pandemia, prácticamente no reportan novedades, aunque según los datos, el contrabando de mercaderías por Canindeyú aumentó considerablemente, debido a que por Ciudad del Este el paso fronterizo está complicado.
Los principales puntos de ingreso son Ypejhú y Pindoty Porã, comunidades que comparten frontera con ciudades brasileñas como Paranhos y 7 Quedas. Además, ambas comunidades cuentan actualmente con impecables caminos asfaltados, recientemente inaugurados.
Los únicos decomisos importantes de contrabando son procedimientos realizados por el equipo de la Unidad Interinstitucional de Prevención y Combate al Contrabando (UIC) a cargo de Emilio Fúster.
El mismo reconoce y denuncia que los uniformados apostados especialmente en Canindeyú, poco o nada cooperan con la lucha contra el contrabando, sino en muchos casos, se convierten en cómplices y protectores de ellos, a cambios de gruesas coimas.