Absuelven a Olmedo: Manoseo a pechos de la víctima no fue prueba suficiente de acoso para jueces

Este lunes, un Tribunal de Sentencia en San Lorenzo absolvió al exsacerdote Silvestre Olmedo, quien fue acusado por una joven de acoso sexual. Los jueces alegaron que el manoseo en los pechos y la espalda de la víctima no eran elementos suficientes para comprobar la existencia de los abusos. Fuera del juzgado se manifiestan dos grupos: uno en apoyo a la víctima y otro simpatizante del religioso. Las abogadas de la víctima anunciaron que apelarán la sentencia.

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Antonia Delvalle, ABC Color

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Silvestre Olmedo, expárroco de la parroquia San José de Limpio, acusado por el Ministerio Público en 2016 por acoso sexual, fue absuelto de los cargos por el tribunal de sentencia integrado por Letizia de Gásperi (presidenta), Dina Marchuk y Hugo Segovia.

La jueza Leticia de Gásperi votó en minoría por la condena, pero sus pares votaron por absolver al cura. Por su parte, el juez Hugo Segovia dijo que el hecho de que la víctima haya denunciado que el cura la manoseó en los pechos y en la espalda no es suficiente para catalogarlo como acoso. “No hay dudas de que el 21 de setiembre de 2016 a las 16 horas el acusado Silvestre Olmedo, cura párroco de la capilla San José de Limpio, manoseó a Alexandra Torres en la espalda y en los senos en el momento de estar redactando una nota, pero esto no es suficiente. Deben existir otros hechos que constituyan un hostigamiento”, aseveró. El magistrado también manifestó que el hecho de que el sacerdote haya abrazado, tocado el oído y dicho a la víctima “que es muy linda” tampoco es una muestra de acoso. “No es una forma de hostigar (...) por sí solo un abrazo, tocar el cabello no lo es”, subrayó.

También relativizó los sentimientos de la joven y apuntó a que los hechos del sacerdote solo eran una muestra de amistad. “Es fundamental referir que la víctima en ese momento se sintió sorprendida (...) porque ella no esperada. En ese momento se sintió congelada, la misma no espera eso, la misma no consideraba al cura como un agresor con tinte sexual”, aseveró. “La víctima no se sentía amenazaba, relacionó esos hechos como un acoso”, indicó. De igual forma, expresó que la joven misma había referido que esa conducta en particular en el cura era “atípica”.

En sus alegatos, la jueza Marchuk explicó que no existía una relación vertical o de dependencia entre la víctima y su acosador. “El curapárroco no ejercía ninguna autoridad sobre la víctima (...) formaba parte de la comunidad pastoral, no era dependiente del curaparroco”, mencionó.

Detalló que conforme al artículo N° 133 del Código Penal, se analizó la tipicidad del hecho penal “se haya o no se haya dado”. A criterio de Marchuk, por no percibir un pago por los servicios desarrollados en la iglesia no se puede decir que exista una relación de jerarquías. Además, apuntó que los hechos se deben dar en reiteradas ocasiones para configurar un delito. “El acoso se caracteriza por reiterados hostigamientos y persecuciones que tienen el objetivo de que la otra persona acceda a hacer aquello que se le exige insistentemente. Vemos que en esta situación no se dio. El curaparroco no presionó o intimidó de manera alguna a la víctima a tener relaciones sexuales”, aseveró.

“Tampoco consta que la víctima haya tenido una relación remunerada en la parroquia San José de Limpio. No tenemos en este caso que la víctima haya pedido un trabajo, un aumento o un ascenso a cambio de favores sexuales”, remarcó.

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Ambos jueces, Segovia y Marchuk, minimizaron con sus alegatos el manoseo en los pechos y la espalda de la víctima, hecho que no fue desmentido y que incluso fue reconocido por el sacerdote, según un audio que fue presentado como evidencia. Por tratarse de un hecho “atípico y porque no se dio en varias ocasiones”, consideraron que no fue suficiente para tipificarlo como acoso sexual.

Un audio en el cual Olmedo admitió que el manoseo existió, formó parte de las pruebas, pero desde el punto de vista técnico jurídico no se consideró suficiente. El audio fue grabado por los compañeros de Alexa.

Por su parte, las abogadas defensoras de la víctima anunciaron que apelarán la sentencia. “Estamos bastante decepcionados”, destacó Sonia Von Lepel, una de las abogadas de la denunciante. Igualmente, anunció junto a su colega Mirtha Moragas que apelarán la resolución del Tribunal. “Vamos a apelar y esperemos que el Tribunal de Apelación resuelva el reenvío para un nuevo juicio oral y público”, insistió Von Lepel.

”¿Cuál es el problema de las mujeres que son víctimas de acoso? Venimos a encontrarnos después de cuatro años a una mujer machista (...) Pone como requerimiento que se tiene que dar la violencia contra la autonomía sexual. Si se llega a dar, estamos ante coacción (no acoso)”, explicó Von Lepel. “Teníamos la esperanza de que el Poder Judicial enviara un mensaje contundente contra el acoso”, indicó.

Moragas indicó que la resolución, legitima y da vía libre a la violencia contra niños, niñas y mujeres que se ejerce en la Iglesia Católica.

Fuera del juzgado, dos grupos se manifestaron a la espera de la sentencia. Uno en favor del cura mientras que otro estuvo para acompañar a la víctima. Los manifestantes expresaron que existe una evidente protección a los curas abusadores y que la sentencia de hoy es una forma de decir a las personas que no denuncien los abusos.

Alexa, asqueada

“Me da asco como miente, cómo puede ser que tanta gente todavía le pueda creer, me da asco todo todo lo que hace y todo lo que se fue a decir en el juicio, cada palabra suya me da asco, me da ganas de vomitar”, afirmó Alexa, la joven que denunció manoseo por parte del sacerdote.

“Todo lo que dice es una mentira y él sigue siendo ahí uno más de la Iglesia Católica, uno que con su investidura está haciendo millones de cosas malas, diciendo supuestamente que un sacerdote es un enviado de Dios”, insistió la joven.

Finalmente, pese al fallo, agradeció a sectores de la sociedad que se solidarizaron con ella. “Les doy las gracias a todos a cada una de las personas por su apoyo, porque también sin el apoyo de mi familia, mis amigos, de las personas yo iba a tener esa fortaleza para poder continuar con este juicio, ya que la Iglesia Católica es algo inmensamente gigante acá en Paraguay, verdad y nada más y nada menos estoy luchando contra ellos”, afirmó. El apoyo que recibió de parte de varias organizaciones y movimientos se materializó en redes bajo el hashtag #AlexaNoEstáSola.

“Nuestra justicia es una mierda. No hay justicia en nuestro país. ¿Una tiene que ser realmente violada y reiteradamente violada para que le hagan caso?”, expresó María Beatriz Torres, la madre de la denunciante una vez que se conoció la absolución. La misma indicó que la familia siempre apoyó a Alexa, pero se mantuvo al margen del caso.

“Sinceramente creo que se ha hecho justicia”, afirmó por su parte Rodrigo Yódice, abogado de Olmedo, que también dijo que si no fuese por la “presión de ciertos grupos respecto a ciertos temas, está causa jamás hubiese llegado a estas instancias”.

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El Ministerio Público, representado por el fiscal Luis Chamorro, imputó al expárroco de Limpio Silvestre Olmedo por el hecho de acoso sexual ocurrido en 2016 contra Alexa, quien se desempeñaba como coordinadora de la Pastoral Juvenil en esa iglesia. En su momento, Olmedo admitió haber manoseado a la víctima.

La víctima realizó la denuncia del caso ante el Decanato 9, instancia supervisora de la parroquia San José de Limpio y cuyo encargado en ese momento era el padre Dionicio Echagüe. Según el relato de la víctima, Echagüe, le prometió investigar.

Debido a que la investigación no avanzaba, la joven acudió al arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, quien supuestamente le dijo que se debe “cuidar la dignidad del sacerdote”, además de pedir “respeto y oración” por Olmedo.

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