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Al viento y bajo la lluvia, a pesar de la inclemencia del tiempo, Daisy Vázquez y su concubino Juan Bautista Orué (40) sobreviven bajo las carpas con sus hijas, todas niñas aún. La mayor tiene 16 años, otra 14, las gemelas tienen ocho años y la última, dos.
Su pareja es albañil y empezó la construcción de la casita, pero necesita 1.000 ladrillos comunes, 400 ladrillos huecos, cuatro bolsas de cemento, tejuelones, tejas y tirantes. El objetivo es levantar dos piezas y un baño.
Daisy, con el sueño de tener vivienda propia, compró el terreno hace seis meses, pero perdió el trabajo a raíz de la pandemia del COVID-19. Su compañero tampoco consigue trabajo en esta crisis.
Viven en el lugar bajo carpas desde hace 15 días, teniendo en cuenta la difícil situación, que les dificulta pagar alquiler.
Recordó que trabajó como cuidadora, limpiadora y cocinera en una casa de familia, además de cuidar a un abuelo. Pero después, con el COVID-19, la dueña quedó en casa y ella perdió el trabajo.
Daisy Vázquez dijo que pidió a la Municipalidad de San Juan Bautista que le ayude con algunos materiales. Al respecto, el secretario municipal Javier Paredes señaló que ya habló con el intendente Juan Carlos Meza (PLRA) y que la Intendencia le va a enviar piedras, así como mano de obras a través de jornaleros, para la construcción de la casa.
Añadió que la Comuna local también ya envió víveres para el sustento diario.