Se prevé la continuación del juicio para el próximo 31 de julio en el Juzgado de Luque a partir de las 07:30. El Arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, dará su versión de los hechos vía internet. Peritos propuestos por la querella y la defensa se encargarán del estudio de audios que comprometerían al padre Silvestre Olmedo.

En febrero de 2017, Valenzuela afirmó que el cura cometió un gesto indecoroso, una falta “no grave” para el Derecho Canónico. Calificó el hecho como una “piedrita” ante un caso de abuso de menores, que sería comparable con una montaña, expresó.

También señaló que la denuncia en contra de Olmedo no es causal para que el clérigo pierda el ministerio y que su reincorporación dependería de su comportamiento tras la penitencia que se le impuso. Insinuó además que los medios de comunicación son los responsables de lo ocurrido.

La supuesta víctima, aseguró que el monseñor Edmundo le expresó que “primeramente tenemos que tenerle respeto al sacerdote y cuidar su integridad y dignidad”.

Al inicio del juicio, el pasado miércoles, la defensa del religioso solicitó excluir dichos audios de la carpeta fiscal ya que los mismos no fueron grabados con una orden judicial. En estos materiales dicen que se le escucha a Silvestre Olmedo reconocer el acoso asumiendo que manoseó a la denunciante. Tres amigos y testigos a la denunciante son los responsables de las grabaciones.

Unos quince testigos tanto de la querella adhesiva como de la defensa testificaron ayer durante siete horas de juicio ante el tribunal conformado por los jueces Letizia de Gásperi, presidenta, Dina Marchuk y Hugo Segovia, miembros, en el Juzgado de Luque.

El Ministerio Público, representado por el fiscal Luis Chamorro, se ratificó en su postura alegando que el hecho ocurrió el 21 de septiembre de 2016 en la secretaría de la Parroquia San José de Limpio. Dijo que resultó víctima la coordinadora de la Pastoral Juvenil en dicha iglesia. Por su parte, la defensa del sacerdote representada por el abogado Rodrigo Yódice habla de manipulaciones en el proceso de investigación.

“Preguntó si estaba enojada”

La primera en declarar fue la denunciante y Silvestre Olmedo recién lo hará al final del juicio. Visiblemente conmovida, la denunciante recordando aquel episodio dijo que el día 21 de septiembre estaba redactando una nota en la Secretaría de la casa parroquial para la realización de un campamento para niños.

“Estaba frente a la computadora y en parte solicité la ayuda del sacerdote que se encontraba en su oficina. Me dijo que pase a su oficina, al pasar él se levanta para cerrar la puerta. Después él se acerca a mí y me pone su mano en la espalda y pone su mano dentro de un abrigo (un saco) que tenía y manoseó mis pechos. Me dijo ‘luego nomás vamos a hacer la nota'. Salí y fui al baño a llorar”, expresó la joven.

Indicó también que luego de lo sucedido y de haberse encerrado en el baño por un tiempo de 20 minutos, volvió a la secretaría para terminar el escrito. Olmedo fue a la parroquia, pero luego regresó y corrigió la nota.

“Cuando terminó de corregir abrió los brazos como pidiéndome un abrazo. No me acerqué y me preguntó si estaba enojada y le dije: ‘claro que sí‘. Fui uniendo los cabos, anteriormente Silvestre venía acariciándome el pelo, la oreja y me decía que era linda”, dijo la denunciante.

Ante el hecho, la mujer recurrió al Decanato, instancia supervisora inmediata de la parroquia San José de Limpio, y también al Arzobispado de Asunción, pero no obtuvo respuestas, dijo. Entonces, denunció el caso ante el Ministerio Público y Silvestre Olmedo fue imputado por acoso sexual en 2016.