Itaipú: “Los costos deben incluir las depreciaciones”

Para el expresidente de la ANDE Pedro Ferreira (2018-2019), las prácticas contables en Itaipú difieren, en aspectos relevantes, con prácticas aceptadas en Brasil y Paraguay. “Los costos deben incluir las depreciaciones, el activo debe reflejar el valor correcto de las inversiones, en el patrimonio neto deben consignarse los resultados”, afirma.

Pedro Ferreira, expresidente de la ANDE
Pedro Ferreira, expresidente de la ANDE

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–Plantea como alternativa para mantener la tarifa actual que se paga por la energía de Itaipú hacer unas modificaciones en su contabilidad. ¿Cuál es el cambio que se debe hacer y cómo es hoy?

–La contabilidad de Itaipú se rige por su Reglamento Interno, cuyo artículo 79 dice: “Las operaciones económico financieras de la Itaipú serán contabilizadas de acuerdo con los principios contables generalmente aceptados y sus resultados serán registrados por los sistemas de contabilidad general y de contabilidad de costos”. No obstante esta clara determinación, Itaipú no realiza revalúo de su activo fijo, ni deprecia el mismo. Es notorio, y cada vez lo será más, que eso está mal. El activo de Itaipú en el 2006 superaba los US$ 21.394 millones; en el 2018, era de solo US$ 10.468 millones y en solo un año, para el 2019 cayó a US$ 8.833 millones. Nadie, contador, ingeniero o economista, que observe físicamente y documentalmente Itaipú puede apreciar que su activo esté bajando en forma precipitada. Para generar semejante caída, a diferencia de cualquier empresa privada o pública, los resultados de ejercicios anteriores ni del corriente no forman parte del patrimonio –porque suman al patrimonio– sino que se colocan con cifras negativas en el Activo. Repetidos informes de auditores independientes han señalado que las prácticas contables en Itaipú difieren, en aspectos relevantes, con prácticas aceptadas en Brasil y Paraguay. Lo que debe hacerse, a mi criterio, es cumplir los principios contables generalmente aceptados, conforme al reglamento de Itaipú. Los costos deben incluir las depreciaciones, el Activo debe reflejar el valor correcto de las inversiones, en el Patrimonio Neto deben consignarse los resultados.

–¿Qué se logra con esto?

–Primero, que las cuentas sean claras, de fácil lectura y entendimiento, que reflejen la situación patrimonial. Segundo, que los costos incorporen un componente fundamental para las siguientes generaciones de paraguayos y brasileros, las depreciaciones. Estos costos, por no ser flujos de caja, configurarán una reserva patrimonial que puede invertirse a fin de que no pierdan valor y destinarse en el futuro para cubrir la reinversión requerida o para realizar nuevas inversiones. Tercero, son una respuesta de técnica contable usual a la revisión del Anexo C, que los costos sean los que deben ser conforme a las normas. Por tanto, la tarifa realmente no debe caer sino, al igual que en cualquier empresa, incluir un monto de reserva para el futuro. Y cuarto, impide que la voracidad de los empresarios que pretenden llevar energía barata por una o dos décadas consuma la riqueza de producción de energía para las siguientes generaciones, extendiendo el beneficio de Itaipú hacia las generaciones del 2073 y no solo para el beneficio político inmediato de los gobiernos y empresarios de los años previos al 2023. El cambio no es para mantener la tarifa actual, eso puede ocurrir o no. Puede bajar algo o subir algo. Es más una medida para transparentar las cuentas y no consumir la riqueza de Itaipú.

–¿Qué repercusiones financieras para Paraguay y para el Brasil podrían tener hacer esas modificaciones? ¿Cómo nos beneficiaría?

–Analicemos tres cambios: la depreciación como costo, las utilidades en el patrimonio y el revalúo del activo fijo. Al colocar las depreciaciones como costo y los costos llevar a tarifa, se consigue que las tarifas no sean regaladas a un costo variable inadecuado sino a uno avalado para la sustentación del beneficio en el tiempo. Esta práctica genera un flujo de efectivo mensual, previsible, sostenible en el tiempo. Una reserva y un fondo que permite nuevas inversiones o reinvertir en el mismo emprendimiento para asegurar el suministro energético a las siguientes generaciones. Este flujo y este fondo debieran direccionarse mitad y mitad a los sistemas financieros de cada país. Hoy en día, casi toda la reserva financiera se direcciona casi totalmente a Brasil, bajo el argumento de que allí es donde en el futuro se pagarán las deudas.

En su momento, en el Consejo de Itaipú, critiqué esa práctica, pues aparte de no ser equitativa conlleva un costo para la entidad, pues en el sistema brasilero se le obliga a Itaipú a transformar sus dólares a reales y luego cuando debe usar sus reservas, volver a cambiarlos de reales a dólares, como normalmente el real va perdiendo valor, esto llega a crear pérdidas del orden de muchas decenas de millones de dólares por año, sobretodo en un año como el 2020 con el real a la baja. No existiendo más la deuda, después del 2023, lo lógico es que la reserva y el flujo de caja se direccionen equitativamente.

El beneficio es una disponibilidad de fondos en nuestro país y en el Brasil para inversiones que debieran ser principalmente o exclusivamente para generación, transmisión y distribución de energía, para compensar el impacto de Itaipú en la navegación del río Paraná, para incrementar el consumo de energía renovable en vez de la energía de origen fósil, para compensar la pérdida de la visibilidad de los saltos del Guairá y otros impactos ambientales.

El segundo aspecto analizado, colocar las utilidades del lado del Patrimonio Neto. Al igual que todas las empresas, genera la posibilidad que se capitalicen y una vez capitalizadas generen beneficio económico para las empresas eléctricas propietarias y éstas direccionen esos beneficios para mejora del sistema y servicio eléctrico. El tercer cambio, revaluar el activo, permite una mejor demostración de la realidad en los estados contables, que conjuntamente con el segundo aspecto pueden producir un impacto financiero muy positivo en las empresas propietarias ANDE y Eletrobras. No es lo mismo tener dentro del patrimonio de ANDE US$ 50 millones que US$ 10.000 millones que, como mínimo, valdrá el 50% de Itaipú a partir del 2023. Hay otros cambios que deben estudiarse, como el por qué los beneficios post empleo se asientan en el pasivo ya como una obligación.

–¿Qué se necesita para que se hagan esos cambios?

–Estimo que una comisión de notables contadores, economistas, abogados e ingenieros que planteen la discusión primero internamente, puede ser en el ámbito legislativo, de manera a diseñar algo que sea bien considerado por el Brasil, no como una iniciativa de aumentarle sus costos sino de preservar el beneficio por muchos años. Falta voluntad política en el sentido correcto, no hacia un gran préstamo para uso de un gobierno sino hacia un flujo constante para beneficio de varias generaciones y para asegurar el suministro eléctrico mucho mas allá del 2023.

–¿Por qué cree que hasta ahora a la Itaipú, margen derecha, no le interesó hacer esos cambios?

–Creo que ellos están cómodos con la idea que han conseguido implantar que los costos son como dice el Anexo C y no como dice toda la biblioteca de costos, incluso después de que el Anexo C deba ser revisado. El sistema del Anexo C o costeo por el pasivo solamente es sustentable si hay deuda y si las instalaciones son nuevas, ni lo uno ni lo otro se cumplirán desde el 2023, por tanto deberá aplicarse lo previsto en cualquier sistema de costeo.

–Cuando usted fue consejero de Itaipú se había tratado el tema y tuvo buena acogida de los consejeros, inclusive brasileños. ¿Por qué no se avanzó entonces?

–Porque a la semana siguiente se cambió a la mayoría de los integrantes del Consejo de la margen brasilera. Un paraguayo o brasilero que piense en su país y en las siguientes generaciones debiera tener un parecer favorable a contabilizar conforme a normas, uno que esté ahí solo para cumplir los intereses políticos o electorales del mandatario de turno o incrementar los beneficios de corto plazo de las empresas consumidoras puede tener una resistencia al cambio por la presunción de que una promesa de tarifa barata en Itaipú produce por pocos años beneficios políticos y económicos interesantes.

–¿Qué implicará que Itaipú adecue su contabilidad a las normas internacionales y qué implicaría que siga como hasta ahora?

–Adecuarse a las normas es principalmente una decisión de transparencia y responsabilidad intergeneracional. Seguir igual es una irresponsabilidad y un desprecio hacia los intereses de jóvenes brasileros y paraguayos, quienes pagarán los costos (las depreciaciones) que hoy no están incorporados a la tarifa.

–Hay anécdota de cuando se aprobó el balance 2018 por unanimidad dejando en claro que Eletrobras le debe a Itaipú ¿Qué fue lo que pasó después?

–En unos días, a inicio de mayo 2019, se les cambió a varios de los consejeros brasileros que aprobaron el balance y en él, la deuda de Eletrobras. Entre los que recuerdo, Samantha Ribeiro Meyer, Orlando Moisés Fischer Pessuti y Paulo Jerônimo Bandeira de Mello Pedrosa. En el balance de este año se previsionó alrededor de US$ 7 millones correspondientes a los recargos moratorios. No tengo constancia que a la fecha Eletrobras haya pagado su cuenta morosa 2018 con los recargos moratorios correspondientes.

–Usted sometió la contabilidad de Itaipú a consideración de los contadores de la ANDE. ¿Cuál fue la conclusión a la que llegaron?

–Cuando llegó a ANDE, como todos los años para su aprobación, el Balance de Itaipú 2018, invité a todos los contadores de ANDE a una reunión, estaban unos 20 y les solicité que me analicen con profesionalismo y patriotismo. Me hicieron un dictamen el cual leí durante la reunión del Consejo de Itaipú.

En el dictamen se hacen eco de los dictámenes de los auditores independientes de la misma Itaipú en el sentido de que las prácticas dentro de la entidad difieren de las normas contables generalmente aceptadas y por tanto están en contradicción al mismo reglamento de Itaipú. Eso sucedió a inicios del 2019. Incluso fueron a Itaipú a recabar información. Desde la Entidad me manifestaron su sorpresa porque fueron contadores de ANDE diciendo que estaban para revisar las cuentas de Itaipú porque la ANDE es dueña del 50% de la Entidad Binacional. Les contesté que asimismo era y que tenemos el derecho y obligación de revisar sus cuentas.

–¿Sabe si esta alternativa está siendo analizada por los grupos de trabajo para la negociación del Anexo C en el 2023?

–No tengo conocimiento.

– ¿Algo que agregar?

–Itaipú 2023 es para nuestro país una causa nacional y para los jóvenes de ambos países una necesidad de pactar algo que los beneficie más allá de las pretensiones de los políticos y empresarios que pueden tener intereses coyunturales. Espero que la razón prime sobre la imposición y ambición. Que el esfuerzo y sacrificio de contadores, ingenieros, técnicos y profesionales de la ANDE sirva de ejemplo e inspiración a los jóvenes, y también como advertencia a quienes creen que todos son comprables y desconocen los valores profundos del pueblo paraguayo.

silvana.bogarin@abc.com.py

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