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CIUDAD DEL ESTE. (De nuestra redacción regional). Alrededor de la medianoche del miércoles, personal de la Armada Paraguaya patrullaba en el río Paraná cuando al llegar frente al barrio San Miguel, divisoria entre este distrito y Presidente Franco, vieron algunas cajas envueltas en bolsas de color negro, amontonadas en la costa. Y cuando se acercaron a ellas y se dispusieron a revisarlas, fueron atacados a tiros desde la parte más alta de la orilla. Las cajas solo tenían aserrín y fueron puestas para atraerlos, era una emboscada.
Los atacantes, que serían contrabandistas de drogas o de mercaderías, utilizaron fusiles y metralletas.
En el tiroteo de los delincuentes, el suboficial de tercera infante de marina Marcos Gabriel Agüero González (22) fue herido en la cabeza. Este fue derivado al Hospital Regional de Ciudad del Este, cuyo director, Federico Schrodel, señaló que la víctima presentaba una herida de bala de grueso calibre en la cabeza, con orificio de entrada y salida. El proyectil atravesó las tres capas del cerebro.
Ante la gravedad de la lesión, el militar fue estabilizado y trasladado al Hospital Nacional de Itauguá, donde falleció cerca de la medianoche de ayer, según informó la Armada.
Después de terminar el tiroteo ayer de madrugada, los militares, con apoyo de agentes policiales, regresaron a la ribera para efectuar un rastrillaje. Durante esos procedimientos fueron detenidas 35 personas, de las cuales fueron liberadas cinco menores de edad y otros que pasaban los 65 años. Varios de esos lugareños denunciaron que fueron víctimas de violencia o tortura de parte de los uniformados durante las detenciones.
La agente fiscal Hermenegilda Duarte abrió una investigación. En tanto, el Comando de la Armada emitió un comunicado para condenar el ataque a tiros perpetrado contra los agentes miembros de la comitiva y otro para anunciar que abrió un sumario sobre las acusaciones de abuso físico contra los aprehendidos. La institución no va a apañar ningún accionar abusivo del personal, indicó.
El fiscal de turno, Édgar Torales, informó que agentes de Criminalística practicaron pruebas de parafina a los detenidos para determinar si algunos de ellos dispararon o no armas de fuego.
Uno de los principales sospechosos de disparar contra los militares fue identificado como Silvio Brítez (48), alias Capé, en cuya casa los intervinientes hallaron un fusil que sospechan se habría utilizado durante el tiroteo. La delegada de la Defensoría del Pueblo, Blanca Segovia acompañó a los detenidos hasta la Fiscalía.