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Hasta minutos antes de cometer el crimen, el suboficial Casco estaba haciendo una videollamada con su pareja, Beatriz Romero, quien viajó a España hace ocho meses. En contacto telefónico con ABC, la mujer indicó que durante la conversación él ya se comportaba de manera extraña y “alucinaba que alguien entró a su casa”.
“Inclusive vimos que llamó a la Policía porque él alucinaba que entraron dos personas, pero no había nadie en su casa”, añadió Romero. Aseguró además que varias semanas atrás cambió por completo su comportamiento y siempre estaba ingiriendo bebidas alcohólicas solo y la llamaba para pedirle que regrese a Paraguay.
“Él anteriormente tomaba normal –cuando yo estaba–, pero no se drogaba. Me andaban diciendo que le veían así alterado, como drogado, me decían”, agregó en otro momento y recalcó que, hasta donde ella sabe, su pareja no consumía drogas.
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La pareja del autor del quíntuple homicidio confirmó también que estaba en conocimiento de los antecedentes de violencia del hombre, pero aseguró que durante su presencia en el Paraguay no tuvieron problemas e incluso seguían en contacto normal desde que ella viajó a España.
Aseguró que la decisión de que ella viaje fue consensuada, pues ambos buscaban un mejor futuro para sus hijos, pero desde hacía un mes, más o menos, él empezó a insistirle con que regrese al país.
“Yo me iba a ir porque no me hallaba, pero no podía porque estaba toda cerrada la frontera. No había reclamos por el tema económico, es mentira eso, porque sí o sí enviábamos cada mes y si se necesitaba, antes”, afirmó, descartando una de las hipótesis que se manejaban al principio.
En cuanto a la situación psicológica del suboficial, indicó que realizó un test en el Rigoberto Caballero pero “no salió nada”. Sin embargo, la mujer agregó que ella en varias ocasiones le sugirió que realice un tratamiento con un psicólogo y en las últimas semanas tanto la madre de la víctima como ella le insistían sobre el asunto, teniendo en cuenta que él vivía solo y llevaba días encerrado, tomando alcohol y llamándole entre llantos.
“Le dije que necesitaba (un psicólogo) porque él alucinaba cosas. Vos le decías una cosa y él daba la vuelta e interpretaba todito mal”, añadió la madre de los dos pequeños e hija de la pareja que fueron asesinados por el agente policial.
La madre del agente también vive en España y fue testigo de al menos una de las muertes, puesto que, según Beatriz, ella se encontraba en videollamada con su hijo cuando ocurrió el hecho y este le mostró el cuerpo de su nieta ya tendido en el suelo.
Los fallecidos fueron identificados como: Alberto De La Cruz Riveros Benítez (53), Amalia Beatriz Caballero Portillo (50) —padres de Beatriz Romero—; Liliana Mariel Gómez Caballero, menor de 16 años (hermana de Beatriz) y dos niños, de uno y dos años.
Sumado el oficial —que se quitó la vida luego de cometer el quíntuple asesinato— la cantidad total de muertes asciende a seis.
El horrendo crimen que conmocionó al país ocurrió esta madrugada en una casa del barrio San Miguel de Capiatá. En la vivienda residían 12 personas. Aparte de las cinco víctimas fatales, otras dos personas fueron gravemente heridas y otras cinco lograron escapar.
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