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El caudillo colorado, de 62 años, considerado años atrás como el hombre más poderoso de Canindeyú, dirigente de seccional y tres veces intendente de su comunidad, cargo que en el 2015 heredó su hermano menor Cristóbal “Kiko” Villalba, falleció cerca de las 22:00 de la víspera. Su problema de salud se inició con un accidente cerebro vascular, seguido de una neumonía que se complicó porque también era diabético, según los datos.
Es también hermano de la diputada por segundo periodo por Canindeyú, Cristina Villalba, quien también emergió como política de la mano del ahora extinto ex hombre fuerte que residía en la Paloma, ciudad afincada a 30 kilómetros de Salto del Guairá, sobre la ruta PY03.
Carlos Villalba, aparte de ser un hombre fuerte de la política en su zona, arrastraba un largo historial de denuncias de actividades ilícitas, pero nunca fue investigado de forma seria por la justicia.
Al contrario, tenía la fama de manejar la Policía y la Justicia del departamento, e incluso de ser el responsable del destierro de algunos referentes políticos de su ciudad, que en su momento lo enfrentaron y finalmente tuvieron que dejar la ciudad.
Aun así, en la comunidad existen personas que lo admiran, y otros que no, pero que igualmente lo apoyaban políticamente, por miedo. Su fama de hombre fuerte y peligroso, sin embargo, se fue desdibujando con los años, especialmente después de dejar su cargo en la Municipalidad y empezar un largo padecimiento por las enfermedades que le aquejaron, que finalmente lo llevaron a la muerte, que se produjo en la noche de ayer.