Cargando...
Grassi conversó este lunes con ABC y celebró que los restaurantes puedan volver a abrir. Con ello se irán incorporando paulatinamente de vuelta los funcionarios del rubro que fueron suspendidos, adelantó. Sin embargo, la cautela prima en el sector porque creen que las personas no van a volver como en la época pre COVID-19 por miedo, pero esencialmente porque la crisis económica es tan intensa que los ciudadanos no tienen dinero para gastar en estos locales gastronómicos.
“Abrimos, nos movemos nuevamente. Sabemos que no van a ir en masa, que van a salir con miedo. Probablemente en agosto y setiembre todo vuelva a la normalidad, pero lo que no va a ser normal es la crisis económica”, indicó Grassi, quien es dueño de la pizzería La Tarantella.
Lea más: Ejecutivo amplía horario de circulación y habilita a restaurantes y gimnasios
“Es bueno poder reactivar los motores, traer a nuestros colaboradores nuevamente. La normalidad no va a ser la misma, pero tenemos que adecuarnos a esta nueva forma de vivir”, continuó.
Para el empresario, las compras dentro de su restaurante van a ser “controladas” porque se harán de a poco, en coordinación con los proveedores, “para no perder plata de entrada ahora que volvemos”.
Grassi insistió en que la situación económica de la población tendrá un momento de colapso en el futuro y esto dará un coletazo al Gobierno de Mario Abdo en algún momento. “Cerraron muchas empresas. No se imaginan la cantidad de currículos que llegan al día. Estamos ante una crisis; por más que no se vea eso en la calle, ya se siente en los hogares”, sentenció.
Lea más: Salidas en bares y restaurantes: solo entre familiares o compañeros de trabajo
“Si empezamos a trabajar y nos damos cuenta de que la demanda cayó, vamos a recurrir a despidos masivos y a empresas quebradas”, añadió el empresario, que cuestionó también las políticas del Gobierno en cuanto a los fondos de garantía para la concesión de créditos, que finalmente no terminaron en manos de los micro, pequeños y medianos empresarios.
“Estamos entrando a una guerra nuclear con una pistolita de agua. No podemos ser objetos de créditos si no tenés dos balances cerrados. Tenemos muchísimas empresas que van a quebrar y otras que ya quebraron. Acá siguen boludeando”, concluyó, en relación a las políticas gubernamentales.