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“El sector más fuertemente golpeado es el de servicios, el que genera más empleos. Los restaurantes no tienen aún el panorama claro. Lo más probable es que muchos no puedan aguantar; es probable que lo peor no haya llegado”, indicó Ferreira este lunes en conversación con ABC.
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El economista dijo que nuestro país disfruta de una excelente reputación en cuanto a la contención sanitaria de la enfermedad, en gran medida gracias al esfuerzo de la gente y la toma temprana de decisiones. Sin embargo, considera que la compra de insumos fue “un fracaso rotundo” en cuanto a su efectividad, a raíz de la corrupción imperante en las estructuras gubernamentales.
En cuanto a las medidas económicas, dijo que, si bien son buenas, el alcance es aún bajo. Explicó que de los 17 bancos del sistema financiero solamente seis aumentaron su cartera de préstamos. “Todavía no vemos que esas medidas se traduzcan en el aumento de los préstamos”, puntualizó.
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Sobre el Fondo de Garantía (Fogapy), explicó que la ejecución también es baja, ya que se usaron apenas US$ 100 millones de los US$ 600 millones disponibles.
Ferreira dijo además que “no hay nada que reemplace” la reapertura de las actividades económicas, haciendo alusión a los subsidios. En ese sentido, remarcó que las medidas sanitarias impuestas y la disciplina de los ciudadanos serán clave para que más actividades se sostengan. “Nada reemplaza a que una empresa pueda operar”, refirió.
El economista recordó que “lo que le queda” a la economía paraguaya es el mercado interno —al estar las fronteras cerradas— y el sector exportador.
Finalmente, opinó que no hay mucho margen para que el país haga más préstamos y que la clave para la reactivación es la concesión de créditos “a plazos importantes”. “Préstamos con año de gracia para dar un respiro”, concluyó.