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“Después de la catástrofe de 1990, de la crisis bancaria, esta es la peor crisis financiera que está sufriendo el IPS, porque los aportes se redujeron de 100 millones de dólares –aproximadamente a fines del año pasado– a cerca de 60 a 50 millones dólares ahora en mayo… y en junio seguirá bajando”, destacó el gerente financiero del Instituto de Previsión Social.
Halley explicó que esto se genera como efecto de la cesantía y suspensión de contratos, que se dispararon por la pandemia del COVID-19. Además, el instituto autorizó en el marco de la ley de emergencia el refinanciamiento de las deudas de las patronales.
Aseguró que esta situación no afecta a los fondos jubilatorios y estos están totalmente “a salvo” porque se tiene una amplia reserva. No obstante, el programa de salud sufre una afectación “de manera dramática” y está teniendo problemas de sostenibilidad.
Ante esta situación, el gerente de Prestaciones Económicas dijo que existen tres opciones disponibles. La primera es la de hacer un crédito externo del Banco Nacional de Fomento para permitir al programa de salud sostenerse hasta fin de año.
La otra opción es exigir al Gobierno que salde la histórica deuda que actualmente está en US$ 400 millones. La última idea es que el fondo de jubilaciones haga una inversión en salud. Halley aseguró que esta decisión solo será tomada en caso extremo y que es solo la última opción.
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Actualmente, el IPS no puede tocar los fondos jubilatorios, que son unas reservas técnicas blindadas por ley y no deben usarse para el Fondo de Salud ni para los gastos administrativos, por lo cual, Halley destacó que esa última medida requerirá una modificación legal que autorice la inversión a través de una fiducia.
“Una inversión implica por supuesto un plan financiero retorno, como ya se hizo luego a través de la Ley 5.655, mediante el cual hasta el 40% de las rentas generadas por las colocaciones de fondos de jubilaciones se usaron para las estructuras edilicias de los hospitales. Eso ya se hizo y funcionó", explicó en contacto con ABC.
En otro momento, indicó que en estos momentos está en peligro la gestión del programa de salud y la Dirección Financiera está haciendo “maravillas” para gestionar el presupuesto. Sin embargo, para el mes de julio sí podría haber “problemas” para el pago de los salarios de los 16.000 funcionarios del IPS.
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Reforma del modelo del seguro social
En ese contexto, Halley destacó que la crisis lleva a la necesidad de replantear el modelo de seguridad social actual. “Si hoy el 39% de los aportes nomás van a salud, para atender a 1.500.000 de paraguayos con una medicina de alta tecnología que con sus luces y sombras es la primera respuesta en los momentos catastróficos, algo está mal. Tenemos que buscar financiamiento para el seguro de salud de aquí en adelante”, agregó.
Enfatizó que existen varias propuestas legislativas que desde IPS van a remitir al Congreso, entre las se encuentran el seguro social obligatorio de los trabajadores independientes y el seguro social obligatorio de salud de los funcionarios públicos al IPS.
“Esas son reformas estructurales que, una vez que salgamos de esta coyuntura que estamos, va a convertirse este seguro social en algo sostenible con el tiempo”, aseguró el gerente.
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