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El niño que fue baleado por el suboficial inspector Juan Darío Amarilla Ramírez (37) y el oficial ayudante Derlis Miguel Sanabria Talavera (25) el sábado por la noche en un tramo entre San Lorenzo y Luque, después de que su padre haya evitado una barrera policial, se recupera favorablemente en el Hospital de Trauma, informó este lunes su director, el Dr. Agustín Saldívar, quien consideró el hecho como una “desgracia con suerte”.
El médico adelantó que se deben esperar unas 48 horas para determinar su evolución. Se tuvo que recurrir a drogas muy potentes para mantener sus órganos funcionando, refirió. Sin embargo, perdió mucha sangre.
Saldívar explicó que el pequeño recibió tres disparos: dos en la región lumbar y otro en la zona de la ingle, una bala que perforó una importante arteria y que es el punto más delicado en cuanto a su tratamiento.
El director del Hospital de Trauma se mostró optimista por la evolución del niño, ya que dijo que está “muy bien cuidado” y es “sano”. Reconoció también que su edad ayuda a una rápida recuperación.
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“El niño está en terapia intensiva con asistencia mecánica respiratoria. Hay tendencia favorable a que deje de utilizar medicamentos (…) Ingresó con signos de shock hipovolémico severo”, precisó.
Saldívar valoró que todos los procedimientos que se le realizó al paciente se hicieron “sin apuro dentro de lo que se llama asistencia de control de daños”. Cabe recordar que, ante la falta de acción policial, fueron dos las mujeres que asistieron al niño rápidamente y lo llevaron primero al Hospital Regional de Luque, donde recibió los primeros auxilios.
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La fiscala Ana Girala contó hoy que el pequeño tuvo más suerte aún porque una de las socorristas solidarias tenía conocimientos de enfermería. Sobre la situación de sus piernas, ya que en principio se mencionó que podría perder una de ellas, el médico contestó que hasta ahora la circulación es buena.
El hecho
Policías “gatillo fácil” de San Lorenzo persiguieron hasta Luque un vehículo en que se desplazaban un matrimonio y sus dos hijos después de que eludieran una barrera en el marco de la cuarentena anticoronavirus.
La persecución se inició el sábado a las 20:29, cuando el automóvil Toyota Runx negro, con chapa UAB 193, detuvo la marcha e hizo un giro en U como para regresar hacia Luque, justo cuando iba a alcanzar una barrera policial montada sobre la avenida General Eugenio A. Garay esquina Virgen del Rosario de San Lorenzo, frente al predio de Senasa, 400 metros antes de la rotonda de Yberá. Allí se inició la persecución policial que se extendió seis kilómetros y terminó en Luque.
El niño herido, que estaba en el asiento de atrás. También en el lugar estaba su hermana, una bebé de tres meses a quien su mamá rescató del asiento de atrás. La fiscala del caso sostuvo hoy que, si su madre no hacía eso, las balas — siete en total — también habrían alcanzado a la niña.