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El estudio, publicado el 22 de mayo en la revista científica The Lancet, concluye que la hidroxicloroquina (HCQ), un derivado de la cloroquina para combatir el paludismo, no es eficaz contra el COVID-19 y aumenta el riesgo de muerte y de arritmia cardíaca.
La metodología del estudio fue, sin embargo, puesta en duda por una parte de la comunidad científica. Los métodos de los anteriores estudios que destacaban su eficacia también habían sido criticados.
Prohibida en algunos países...
El estudio llevó a muchos países a suspender el uso de la molécula.
En Francia, donde el polémico profesor Didier Raoult es uno de los principales promotores de la hidroxicloroquina, revocó el 27 de mayo la derogación que permitía desde finales de marzo a los hospitales suministrar este tratamiento a los pacientes graves.
En otros países, como Italia, Egipto, Túnez, Colombia, Chile o El Salvador, también suspendieron el uso de la molécula a los enfermos de COVID-19.
Varias naciones ya dejaron de suministrar HCQ a las pacientes de COVID-19 antes de la publicación del estudio. Suecia, que la utilizaba para tratar formas graves de la enfermedad, abandonó su uso en abril después de que la Agencia Europea de Medicamentos aconsejara solo administrarlo en ensayos clínicos.
El gobierno alemán considera también que “los estudios actuales no permiten por el momento un tratamiento corriente de pacientes de COVID-19 con la cloroquina o la hidroxicloroquina, excepto en ensayos clínicos”.
...fomentada en otros
Otros países, en cambio, ensalzan la eficacia de la molécula y no quieren dejar de administrarla.
Es el caso de Brasil, Argelia, Marruecos, Turquía, Tailandia, Portugal, Kenia o Senegal, entre otros.
"Hemos tratado miles de casos con este medicamento con mucho éxito hasta ahora. Y no hemos notado efectos indeseables", declaró a la AFP el doctor Mohamed Bekkat, miembro del comité científico a cargo de la evolución de la pandemia en Argelia.
Según él, el estudio publicado en The Lancet “induce a la confusión”, ya que “parece afectar a casos graves para los que la hidroxicloroquina no sirve de nada”, mientras que la molécula “es eficaz cuando se utiliza de forma precoz”.
India y Venezuela siguen usando HCQ de forma preventiva. Las autoridades sanitarias indias aseguran que no han detectado "ningún efecto secundario importante".
Cuba, por su parte, continúa utilizando la molécula pero tiene previsto revisar sus protocolos para introducir nuevas precauciones.
En Estados Unidos, la hidroxicloroquina solo puede, en principio, ser administrada a enfermos de COVID-19 en el hospital, pero la Agencia de Medicamentos y Alimentación (FDA) advirtió desde abril de riesgos de arritmia cardíaca.
Ferviente defensor de la molécula, el presidente Donald Trump aseguró que la tomaba a diario de forma preventiva, aunque luego, tras la publicación del estudio en The Lancet, dijo que dejó de hacerlo.
La Casa Blanca anunció el domingo el envío a Brasil de dos millones de dosis de hidroxicloroquina para luchar contra el coronavirus.
Ensayos clínicos suspendidos
El artículo de Lancet provocó la suspensión de múltiples ensayos clínicos, empezando por la división de la hidroxicloroquina de los programas Solidarity (OMS) y Discovery (Europa), que dejaron de incluir a nuevos pacientes.
También quedaron interrumpidos el ensayo internacional Copcov que suministraba dosis de HCQ a trabajadores sanitarios en contacto con el coronavirus, dos ensayos realizados en la clínica universitaria de Tübingen (Alemania) y cinco ensayos en Dinamarca.
...y otros mantenidos
Otros ensayos, sin embargo, prosiguen, como Recovery (Reino Unido). Basándose en sus propios datos de mortalidad, sus responsables consideran que "no existe una razón convincente para suspender el reclutamiento por motivos de seguridad".
Otros ensayos realizados en Canadá, Nigeria o México también siguen su camino.
"Hay datos que prueban que la hidroxicloroquina ha funcionado en numerosos pacientes. Por eso vamos a continuar", declaró la profesora Mojisola Adeyeye, que dirige la agencia de medicamentos de Nigeria.
En China, cuna de la pandemia, solo se utiliza en el marco de los ensayos clínicos. Su eficacia, que la Universidad de Wuhan consideraba al principio prometedora, se ha puesto en entredicho en un prestigios hospital de Shanghái.