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Con la consigna de que más endeudamiento a través de Itaipú, es el fin de la oportunidad del 2023, se dieron hoy las movilizaciones ciudadanas en Asunción y Hernandarias.
La propuesta de una nueva deuda de Itaipú, hasta ahora de manera informal, fue tomada por el Gobierno de Mario Abdo Benítez como parte de su plan de acción para enfrentar las consecuencias de la crisis económica desatada por la pandemia.
De acuerdo con declaraciones del mandatario, Paraguay le planteó al Brasil analizar la posible nueva deuda de Itaipú, con el fin de que ambos países obtengan recursos para hacer frente a las necesidades de financiamiento en el marco de la lucha contra la pandemia del covid-19 y sus consecuencias. Días después, el ministro de Hacienda, Benigno López, confirmó que no hay aún una propuesta concreta acerca de contraer una nueva deuda de Itaipú, debido a la crisis sociopolítica que atraviesa el vecino país, pero que hay conversaciones informales con Paulo Guedes, ministro de economía brasilero.
“Una nueva deuda de Itaipú es una amenaza a la soberanía y representa el fin de la oportunidad histórica del 2023”, indican desde el equipo de investigación de la Campaña Itaipú Ñane Mba’e. Explican que primero, representa la profundización de la dependencia, al estar la entidad controlada por los intereses extranjeros a través de los bancos acreedores, profundizando el esquema actual donde el 60% de los fondos de la entidad se destina al pago de la deuda, plagada de arbitrariedades, falta de transparencia y corrupción.
“La deuda es pagada por las y los trabajadores paraguayos y brasileños a través del servicio de electricidad, por lo que una nueva deuda profundizará el peso de la crisis para las y los trabajadores, principales afectados por esta. Por otra parte, una nueva deuda implicaría adelantar o no dar cabida a la negociación del Anexo C, dejando al país sin posibilidades de tener las condiciones adecuadas para la disposición de su energía para el desarrollo del país, como también nuevas posibilidades para el aprovechamiento de la energía por la población a un precio más bajo”, resaltan.
A su vez, termina con la oportunidad histórica del 2023, en tanto las condiciones establecidas en el numeral VI del Anexo C para la revisión del mismo no se cumplirán, porque la entidad no contará con la deuda completamente amortizada.
Por eso sostienen que de darse una negociación de todas formas -lo cual es posible con la voluntad de ambas Altas Partes-, el país se presentaría en desventaja al solicitar adelantar las negociaciones en función a una necesidad y propuesta suya, no se contará con el apoyo social y ciudadano necesario para lograr una posición beneficiosa, así como tampoco con la infraestructura necesaria para utilizar y/o comercializar su energía, viéndose, en consecuencia, limitado de fuerza para una negociación exitosa, y sometido a los intereses del Brasil.
“En consecuencia, una nueva deuda solamente beneficiará a los intereses extranjeros y al mantenimiento del statu quo, en contra de los intereses de las y los trabajadores, cuando la necesidad estratégica que tenemos como país, y que la oportunidad del 2023 y la crisis del covid nos abren, es el cambio profundo de la situación económico-política desigual, y el impulso al desarrollo nacional, para lo cual recuperar Itaipú es un elemento clave y central”, manifiestan desde la Campaña encarada por ciudadanos.
“Solamente somos deudores. La plata no la ve el pueblo. Fue a parar a los bolsillos de estos sinvergüenzas que lastimosamente ejercen el rol de autoridades. Ya vimos que hicieron con los 1.600 millones de dólares. Imaginate qué van a hacer con esto”, subrayó una de las manifestantes, durante la protesta en Asunción.