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Parte del gremio gastronómico levantó controversia la semana pasada, incluso internamente, luego de que comunicaran que ciertas empresas tenían pensado reabrir sus puertas plenamente a los clientes, contraviniendo las disposiciones sanitarias del Ministerio de Salud, que durante la segunda etapa de la cuarentena inteligente (que se inicia mañana) no tenía contemplada dicha posibilidad.
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“A partir del día lunes -con total confianza- la gente que se está incorporando a la fase 2 puede visitar el restaurante de su preferencia, puede visitar cualquier emprendimiento gastronómico, respetando los protocolos de ingreso, elegir ya mirando como en los supermercados se hace, con un buffet, por ejemplo que va a llevar, puede pesar, puede sentarse incluso en una mesa a esperar mientras que le prepara el pedido y después pasar por la caja a terminar pagando”, indicó Arami O’Hara, representante de este grupo que desafió al Gobierno.
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Es decir, el acuerdo alcanzado con el Gobierno es realizar los servicios denominados take out (comida para llevar) o delivery (envío a domicilio), pero insisten en que el objetivo principal es generar confianza con el cliente y el Gobierno, a fin de que se pueda adelantar la reapertura de los locales gastronómicos, de ser posible antes de la etapa 3.
“Nosotros vamos a compartir y vamos a socializar los protocolos de los restaurantes para que todo el mundo pueda realmente leer y de ahí generar un poquito la confianza que se necesita, para que ya sea en la fase 3 o incluso antes de la fase 2, si ese llega a ser el acuerdo con el Gobierno, de que el restaurante pueda si quiere -no es una obligación-, pueda abrir sus puertas para tener gente ya dentro del local comiendo, con todas las medidas de seguridad y todos los protocolos que están vigentes”, mencionó.
O’Hara reconoció que el desafío que hicieron al Gobierno con “encender el fuego” fue más bien una manera de forzar el diálogo, ya que entonces no lo habían hecho. Por ejemplo, no tenían si siquiera una fecha para acceder al protocolo de salud que debían de aplicar.
A modo de ejemplo, mencionó que ni siquiera tenían claro cuántos termómetros digitales eran obligatorios comprar. “El sector gastronómico hacían 15 días que había presentado su protocolo, no se tenía respuesta sobre el mismo, y hace dos días llegó la confirmación, después de todo esto. Con la confirmación oficial de que el protocolo ya está aprobado, y ahora recién se pueden hacer los cambios dentro de los locales. Sin tener esa esa información uno no podía tomar la decisión de invertir o de hacer de repente ciertas compras”, comentó.