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Este lunes comenzó la Asamblea Mundial de la Salud, de la que participó hoy por videoconferencia el ministro paraguayo de Salud, Julio Mazzoleni, que habló de la efectividad de las medidas tomadas por el Gobierno para frenar la pandemia de COVID-19 en el país, que desde el inicio de la cuarentena sanitaria en marzo registra las cifras relativamente bajas de 788 casos confirmados de la enfermedad y 11 muertes.
“Paraguay ha tomado decisiones drásticas de distanciamiento social muy tempranas, en consideración a la reciente mayor epidemia de dengue de su historia y de la fragilidad de su sistema de Salud Pública, que actualmente se encuentra en un proceso de reforma, pero sobre todo en reconocimiento del valor de la vida. A 65 días de aquel momento, los datos actuales demuestran que las decisiones tomadas han sido las correctas”, dijo el ministro Mazzoleni.
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Paraguay entró en un período de cuarentena con restricciones a la circulación y la suspensión de todo tipo de actividad que implicara aglomeraciones de personas el pasado 11 de marzo, días después de la confirmación del primer caso de COVID-19 en el país, y recientemente inició un proceso gradual de flexibilización de esas restricciones.
En ese sentido, el ministro Mazzoleni destacó la “cohesión” de la ciudadanía paraguaya en el acompañamiento a las medidas de cuarententa “incorporando un nuevo estilo de vida”, lo que se ha traducido en la baja cantidad de casos de la enfermedad en el país.
El ministro abogó también por la “plena participación” de Taiwán en la Organización Mundial de la Salud, a fin de que el país asiático pueda compartir su experiencia en el combate al COVID-19, considerado uno de los ejemplos más exitosos de prevención de la enfermedad en todo el mundo.
“Transitemos juntos por esta senda de desafíos impensados, poniendo lo mejor de nosotros, velando por nuestros pueblos, sabiendo que la humanidad puede y debe buscar maneras cada vez más justas y efectivas de convivir y crecer”, dijo el ministro.
China, que considera a la isla de Taiwán parte de su territorio, ha vetado en varias ediciones anteriores de la Asamblea Mundial de la Salud la inclusión de Taiwán como Estado observador.