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Lorenzo Martínez, trabajador de este rubro, quien reside en la ciudad de Capiatá, es tan solo uno de los 1.000 conductores de transporte escolar que se vieron duramente golpeados por el cese de clases debido a la pandemia del COVID-19.
Relató en contacto con ABC que se hace más difícil aún la crisis para ellos, pues a comienzos de año habían asumido importantes compromisos crediticios para adquirir nuevas unidades o poner a punto las que ya tenían. Luego, con la llegada de la pandemia y el paro económico, se quedaron sin posibilidad de ingreso y con la deuda asumida.
Es por eso que hoy en día se ven en enormes aprietos económicos y no encuentran vías posibles de solución para paliar la crisis por la que están atravesando. Además, tienen que pagar salarios a trabajadores que normalmente se encargan de cuidar a los niños en el interior de las unidades.
“A través de la cooperativa conseguimos fondos para poder comprar otros vehículos, así nos íbamos proyectando, y ahora con el tema del COVID-19 nos quedamos sin nada desde el 11 de marzo. Nuestros ingresos son cero. La ayuda del Gobierno es para salvar la comida, pero cualquiera de nosotros va a decirte que para empezar en este negocio se hacen compromisos y tiene su costo. Nuestros acreedores están esperando alguna solución”, explicó don Lorenzo Martínez, quien es dueño de tres vehículos.
Piden agilidad al Gobierno
El trabajador pide al Gobierno una agilización de estos préstamos que promete a los pequeños empresarios por lo menos para poder refinanciar su deuda y tener un respiro económico en lo relacionado a los préstamos.
Martínez se abre a la posibilidad de trabajar en otros rubros del transporte y se ofrece a realizar servicios de flete o a trasladar a trabajadores.
País en aislamiento
Desde el pasado 11 de marzo, nuestro país fue puesto en cuarentena sanitaria por decreto del Poder Ejecutivo, debido a que se habían descubierto los dos primeros casos de COVID-19 en el sistema de salud.
Conforme el paso de los días, la medida de aislamiento se fue haciendo más estricta y pronto se supo de los primeros fallecidos.
Las tomas de muestras para detectar el virus, que en un principio rondaban las 20 diarias, también fueron en franco aumento y hoy se llegan a realizar incluso 500 al día.
Hay 230 casos confirmados, 9 fallecidos y 95 recuperados.
Gustavo Bullón, integrante de la Asociación de Transporte Escolar de Alto Paraná, comentó que se están movilizando debido a que están muy afectados con el anuncio de que no hay clases hasta diciembre.
Piden subsidio
A raíz de la carencia que estás pasando incluso del sustento más básico, se unieron a nivel departamental y nacional para pedir al gobierno que les subsidie mientras dure el cese escolar a raíz de la pandemia.
Contó que a nivel país son 1.000 transportistas afectados, mientras que a nivel departamental son aproximadamente 300 transportistas afectados.
En promedio, un transportista escolar percibe un ingreso de entre G. 3.500.000 y G. 4.000.000, pero puede llegar a G. 6.000.000 si el minibús es de mayor capacidad.
Admitió que muchos de sus compañeros hoy están accediendo a las ollas populares, debido a que ya no pueden trabajar y se quedaron sin recursos.
Algunos están analizando dedicarse a la venta de otros productos alternativos para sustentarse.
Las ollas populares las financian entre los miembros del sector, haciendo una especie de “turnos”, para que una semana se alimente una asociación y otra semana la otra.