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El párroco Ángel Arévalo aseguró ayer a las autoridades policiales que acudieron a verificar la realización de la misa que contaba con un permiso para oficiar la celebración religiosa por el Día de la Divina Misericordia en la parroquia Virgen del Carmen de Asunción, con presencia de los fieles, en plena cuarentena para prevenir la expansión del coronavirus.
Según la fiscala Teresa Sosa, dicho documento debe ser autorizado por el Arzobispado de Asunción y “una autoridad del Gobierno”, por lo cual hoy el Ministerio Público verificará la legalidad de dicho permiso con el que dice contar el párroco Arévalo.
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“Lo que había manifestado (el párroco) es que las personas que iban a participar de la misa iban a respetar el distanciamiento; no iban a ser muchas personas e iban a tener en cuenta las medidas sanitarias. Eso es lo que me comentó un funcionario policial que estuvo por el sitio”, detalló esta mañana.
Alrededor de 100 personas participaron ayer por la mañana de la misa en la parroquia Virgen del Carmen, en Asunción. Incluso, antes de la celebración realizaron una procesión y la bendición con el Santísimo por el barrio. Ángel Arévalo fue el párroco que presidió la celebración en conmemoración del Día de la Divina Misericordia.
En las imágenes se puede constatar que no todos los presentes utilizaban tapabocas, lo cual ahora ya es un requisito para quienes están en ambientes cerrados con muchas personas. Otros los tenían, pero colgados de las orejas, es decir que no cumplían la función para la cual fueron diseñados.
La asistencia a este evento infringe las restricciones sanitarias y las prohibiciones de eventos impuestas por el Gobierno para evitar el contagio masivo del COVID-19.
El arzobispo Edmundo Valenzuela también había resuelto que las misas en parroquias, santuarios, capillas públicas y privadas (incluidas las de los monasterios y conventos) fueran celebradas a puertas cerradas y transmitidas a los fieles por Facebook Live.
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