En conversación con ABC Cardinal este jueves, Luis Ramírez, de la comisión directiva de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas del Paraguay, habló del momento que está atravesando el sector educativo privado durante la pausa obligada en las actividades a la que obligó la cuarentena ordenada por el Gobierno para frenar el avance en el país de la pandemia de COVID-19.

Ramírez dijo opinar que la crisis actual puede ser una oportunidad para cambiar el sistema de enseñanza por uno en que profesores y alumnos puedan aprovechar mejor el potencial de la tecnología como herramienta de educación, pero eso requeriría invertir en formar tanto a los docentes como a los estudiantes para prepararlos para esa transición.

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En ese sentido, Ramírez criticó la aparente confianza del ministro de Educación, Eduardo Petta, en la capacidad del sistema educativo de adaptarse de forma repentina a un sistema de enseñanza remota por internet, algo que el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) está promoviendo con una plataforma educativa digital.

“Es un nuevo concepto, hay que trabajar mucho en preparar a los que van a ofrecer el servicio y al usuario”, dijo Ramírez. “Un niño en el interior, en una ciudad cualquiera (…), ¿qué posibilidad tiene de entrar en trabajo a distancia? No es sostenible, no se puede hacer”, agregó.

Admitió que iniciativas como esa plataforma y los pasos dados por muchos colegios para seguir dando clases de forma remota son “un buen primer paso”, pero advirtió que “todavía no va a ser suficiente”.

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Ramírez cuestionó, por ejemplo, una ley que ordenaba que se supriman los teléfonos celulares en los colegios, señalando que “el celular es la base de todo lo que puede desarrollarse” y que si se usa de forma correcta puede ahorrar al sistema educativo “miles o millones de dólares, porque ya solo necesito una conexión a internet” para acceder a contenido educativo.

FALTA DE LIDERAZGO Y DIÁLOGO

Ramírez lamentó lo que considera una “falta de liderazgo pedagógico y político” de parte del Ministerio de Educación.

“El MEC no puede seguir funcionando como una librería, un comedor”, dijo, en referencia a los actos en los que autoridades como el ministro de Educación, Eduardo Petta, entregan kits de alimentos, añadiendo que no era una crítica directa contra el ministro, sino contra el sistema que obliga a su autoridad educativa a abocarse a labores que no le corresponden.

“El ministro no tiene tiempo de hablar de reformas cuando las escuelas se le caen”, agregó Ramírez.

Ramírez volvió a criticar, sin embargo, lo que considera una falta de oportunidades para el diálogo entre los colegios privados y el MEC, tanto para negociar asistencias económicas a los colegios privados como para que estos puedan presentar a las autoridades ideas para adaptar el sistema educativo a la crisis.

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El representante de los colegios privados señaló que el sector está trabajando en una propuesta para ajustar el calendario escolar al período entre los próximos meses de setiembre y enero, abogando por dejar de lado materias más técnicas como la matemática y centrarse en materias de comprensión más sencilla como sociales, geografía o historia en los meses en los que la enseñanza deberá ser remota, y que esas materias ya se eliminen del calendario cuando los alumnos puedan volver a las aulas, a fin de dar énfasis a las materias más complicadas que requieren asistencia directa y presencial de los docentes, y culminar el año escolar en enero.

Agregó que se está estudiando que las clases se desarrollen durante más horas diarias e incluso los sábados para compensar el tiempo perdido.

Ramírez dijo que además el sector privado tiene aportes que busca presentar al MEC, como la habilitación de contenidos para las plataformas digitales del sector público y la disponibilidad de la infraestructura de las instituciones privadas para cualquier necesidad que pueda tener el Ministerio de Salud.

“Pero no tenemos abiertas las puertas para un diálogo con autoridades”, reiteró.

CONTRA RECORTES DE CUOTAS

Ramírez volvió a pronunciarse en contra de las propuestas de recortes de cuotas en el sector privado, señalando que si se dejan de pagar las cuotas, solo unos 20 o 30 colegios privados del país podrían “aguantar”. “Esa solución mágica de un recorte para todos no va”, opinó.

En ese sentido volvió a recalcar la necesidad de un diálogo con el Gobierno, indicando que una reducción temporal de las cuotas solo sería viable si las autoridades se comprometen a cubrir el costo de esos recortes, y estimó que un subsidio de unos 15 millones de dólares sería suficiente para permitir que los padres dejen de pagar las cuotas por un período de tres meses.