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Italia registra hasta este miércoles 6.820 fallecidos por el nuevo coronavirus, con 69.176 casos totalizados. Las cifras de decesos van subiendo de a cientos todos los días. Marcelli fue a estudiar Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Pisa durante seis meses junto con otros dos compatriotas —uno también en Pisa y otro en Roma— a través del programa Becal.
Desde Pisa, el joven estudiante contó en conversación con ABC Color que la zona en que vive es eminentemente turística, con una población universitaria joven y con miles de casos de coronavirus, pero no tantos como en otras zonas de Italia.
Marcelli dijo que en el tiempo que le cupo estar le tocó ver cómo el movimiento en las calles se fue apagando en este lapso de mes y medio, que coincidió con su llegada a ese país como estudiante becado.
“Yo estoy viviendo en Pisa, región de Toscana, una de las más turísticas del país. Esta ciudad es muy famosa por la torre inclinada y por su universidad. Aquí vivimos cerca de 60.000 estudiantes, la población mayoritaria es universitaria. A medida que el primer ministro Giuseppe Conte iba tomando medidas nacionales, veía cómo iba cambiando lentamente la vida de la ciudad. Es muy notorio cuando estás en el centro y acostumbrado a ver un número incontable de turistas llegando y universitarios yendo a estudiar. Toscana es la sexta región más afectada del país (…) Un número bajo en comparación a Lombardía o Véneto. En Pisa presumimos que los números son bajos porque la edad de la media de la población no pertenece al grupo más vulnerable”, relató.
Una de las cuestiones más destacables que contó el paraguayo fue que la población local ignoró las recomendaciones iniciales para prevenir el contagio masivo del coronavirus, a tal punto de que tuvo que imponerse la cuarentena obligatoria. “Esto fue completamente inesperado, nadie le dio una real importancia a esto hasta que fue muy tarde. La gente creía que esto era un simple resfriado y que los medios exageraban las noticias. Hasta hace dos semanas llevábamos una vida de lo más normal, la gente salía a caminar, iban a los cafés, cines, discotecas, etc.”, dijo.
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Marcelli toma sus clases a través medios en línea y pudo ir a las presenciales pocas veces en la conocida universidad. No pensó en regresar al país a raíz de esta crisis, porque asegura que, como está en el país más afectado por el coronavirus, las probabilidades de contagiarse son muy altas a través de los vuelos que debería tomar para volver a Asunción. De hecho, la entrevista con el estudiante fue realizada ayer, martes, en coincidencia con el cierre de las fronteras en nuestro país.
“Italia sigue repatriando a sus ciudadanos repartidos por el mundo. Los que estamos adentro no podemos movernos a no ser que solicitemos mediante consulado, previamente evaluando las circunstancias. La idea es finalizar el semestre. Seguimos dando clases de manera telemática”, informó.
Dentro del caos, el paraguayo cuenta que el Gobierno da la tranquilidad de tener acceso a productos de primera necesidad. Consideró que el día a día es “todo un desafío” porque mientras tiene sus clases a través de internet en horarios regulares, escucha las ambulancias pasar.
“El nivel de exigencia (de la universidad) es muy alto, esto de repente te hace olvidar un poco que estás en cuarentena (…) Más allá de eso, trato de mantener la rutina y los horarios, pensando de manera positiva para llevar el mal rato”, sostuvo.
En Italia, la cuarentena se extenderá inicialmente por lo menos hasta el 3 de abril, aunque la población entiende que las chances de que se prolongue hasta después de la Semana Santa son muy altas. “El gobierno italiano puso sanciones muy duras para quienes no respetan la cuarentena, que van desde multa de más de 200 euros (G. 1.500.000) hasta prisión”, indicó.
Finalmente, pese a las adversidades, Marcelli consideró que la cuarentena también da un “respiro” a la vida acelerada. “Aprovechamos para leer, ver películas y hacer videollamadas con los familiares, cosas que cuestan mucho por la falta de tiempo en situaciones normales”, concluyó.