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El testigo -cuya identidad se reserva para precautelar su vida- relató que como todos los lunes se encontraban jugando fútbol en grupo de amigos y confirmó que el objetivo principal del atentado habría sido “Pato” y que el otro fallecido, Arnulfo Mongelós, habría recibido una bala perdida en medio del ataque.
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“Cuando terminó el fútbol, nos juntamos para pagar la cancha; y se acerca un muchacho (el sicario) y miró como 5 a 10 segundos y quitó un revólver y vació por el ahora fallecido (Gómez). La bala perdida le agarró al otro muchacho (Arnulfo) que falleció y también a más compañeros de fútbol”, relató el joven que estaba presente cuando ocurrió el crimen. Gómez quedó recostado sin vida en la misma silla en la que estaba descansando tras el partido y habría sufrido al menos una decena de impactos de bala.
“Pato por lo visto (era el objetivo), a él nomas fue y le disparó. La bala perdida le agarró al que estaba enfrente que era Arnulfo, el muchacho que también falleció corriendo sin saber que ya tenía un impacto de bala y cayó en el baño de atrás”, comentó el testigo sobre la dramática escena que presenciaron.
Los otros tres heridos ya se encontrarían fuera de peligro.
El relato también ayuda a tener más detalles sobre los presuntos atacantes, que eran dos, aunque fue solo uno de ellos el que actuó, mientras su cómplice lo esperaba afuera. También habrían vigilado a la víctima antes de cometer el crimen. “Según mis amigos, ellos ya empezaron a mirarnos jugar allá en la altura; en la segunda cancha estaba mirando de afuera y compañeros que se retiraron primero los vieron”, comentó el integrante el grupo.
No quiso especular sobre el motivo del ataque, ya que describió a “Pato” como “un tipo muy cerrado en su vida íntima” y al menos a él no le consta algún motivo que pueda llevar a motivar su asesinato.
El crimen ocurrió en una cancha de césped sintético denominado Universal Football, ubicada en el barrio Santa Ana de Ciudad del Este.