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Muy ofuscado, el veterinario Diego Ayala criticó lo dicho por el concejal Elvio Segovia acerca de la opción de cerrar el zoológico de Asunción. Le remarcó que deje de aprovecharse de la muerte de la elefanta Maia para ganar votos para las próximas elecciones.
“No me interesa perder mi trabajo, pero yo mismo voy a ser el primero en ir a escracharle. Está jugando con el dolor de muchos funcionarios cuidadores y veterinarios que pasaron a través de la vida de este animal. Él, que probablemente ni fue al zoológico, que ni ayuda al presupuesto del zoológico, dice que vamos a hacer un debate para ver si cerramos”, lanzó el veterinario.
Explicó que los trabajadores del zoológico hacen lo imposible por tratar de ayudar a los animales que allí habitan, pero que “es distinto el presupuesto del zoológico de Asunción a un zoológico de Estados Unidos”.
Comentó que él y los demás profesionales también sueñan “con un parque ecológico, cerrado, pero si nuestros propios parques nacionales se están deforestando a diario". “Seamos realistas”, acotó.
"Cerremos el zoológico, pero ¿qué hacemos con esos animales?”, se preguntó el veterinario.
Precisó que la elefanta Maia sí cumplió con su expectativa de vida, pues murió a una edad normal. “En mayo iba a cumplir 50, y la expectativa de vida de un elefante asiático es de 48 años. El estado de salud, la artrosis, no fue la causante. Uno puede vivir años con artrosis; ella lo que tuvo fue un infarto. Podemos compararla con una abuela de 90 años”, señaló el profesional.
Explicó que son los elefantes africanos los que tienen una expectativa de vida de entre 60 y 70 años, pero Maia era asiática.
Para la óptica del veterinario Ayala, la posibilidad de vida de un animal como este en libertad es cada vez menor. “En internet vemos cómo, en su ambiente natural, estos animales son encadenados y forzados a hacer trabajos pesados. Están los cazadores”, recordó para apoyar su postura de que los animales en cautiverio reciben ayuda que garantiza su supervivencia.
Aclaró que no está a favor del cautiverio de los animales, sino que simplemente no hay forma de soltar pumas y jaguaretés repentinamente a la libertad. Existe el riesgo de que mueran en manos de cazadores o personas crueles, como ya ocurrió “cuando un capataz mató a balazos un puma”, recordó.
Para graficar su postura, se preguntó: “¿Qué podemos hacer con los animales que encontramos si se cierra el zoológico?”.
Contó que no se sabe cómo Maia llegó a Paraguay, pues no hay ningún tipo de documentación hasta el momento. Reconoció que tener un espacio mucho más amplio y libre para los animales “sería lo ideal”.