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El prelado durante la homilía indicó que estaba demasiado emocionado porque este es el casamiento comunitario más importante que le tocó celebrar en su vida sacerdotal. Dijo que el Señor se hace presente en este momento al igual que en la boda de Caná. “Este casamiento colectivo es muy importante para las familias y también para la Iglesia Católica”, puntualizó.
El obispo felicitó al vicario episcopal y párroco de la Iglesia San Pablo, Nilson Ortellado, y sus colaboradores por llevar adelante exitosamente este acontecimiento. Extiende las gracias a la fundación Santa Librada de Villarrica que se encargó de ayudar para la vestimenta de los 120 novios.
Según los datos, los 120 novios son oriundos de este distrito. Hubo casos en donde dieron el “sí, quiero” los padres y también los hijos. El templo parroquial quedó chico y se tuvo que recurrir a una pantalla gigante para que los invitados y parientes de los novios puedan seguir la ceremonia desde la plaza de la Iglesia.
Sacerdotes de varias iglesias del departamento de Caazapá ayudaron para que la ceremonia pueda terminar para el mediodía. El acontecimiento comenzó a las 9:00.