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Hermelinda Sánchez (paraguaya) y su esposo Manfredo Segura (peruano) se dedican a la venta de mosto desde hace un año y viven actualmente en la ciudad de Villa Elisa. En el marco de la festividad de la Virgen de los milagros, desde el jueves están ubicados con un motocarro llamado “Mosto tropical”, sobre el kilómetro 48 en el desvío Caacupé-Atyra. La botella fresca del dulce néctar de 450 ml se vendió a G. 5.000 y el de un litro a G. 10.000.
“Una historia de ayer y de hoy. El mosto alimenta el cuerpo y refresca el alma. Es una bonita historia de nuestros ancestros y hasta hoy la mantenemos”, refirió Manfredo mientras maniobraba la caña de azúcar en su moderno “trapiche” mecanizado.
Hermelinda señaló que diariamente se dedican a la fabricación de mosto en el centro urbano de Villa Elisa donde tienen un puesto de venta. Agregó que los brasileños, además de otras personas adultas son los clientes fieles que todos los días se acercan al motocarro para adquirir el producto.
“Nuestro producto cien por ciento natural. No tiene productos químicos. Extraemos el jugo de la caña de azúcar y ya lo refrigeramos. El mosto puede ser mezclado con otras frutas, menos con la sandía, y preparar una rica bebida. Los jóvenes no lo conocen tanto pero se animan a probar cuando le ofrecemos. Nuestros clientes adultos comprar entre tres y cinco litros por día”, dijo la mujer.