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Hace aproximadamente un año, la familia fue literalmente sacada de sus tierras en el Chaco paraguayo. En un día frío, la llevaron presa en una camioneta y la despojaron de la tierra que había trabajado con sacrificio.
De acuerdo a la denuncia de la familia, los autores del despojo fueron grupos poderosos ligados al exsenador Óscar González Daher.
En su intento desesperado por recuperar lo que les pertenecía, llegaron a caer en la extorsión del entonces ministro de la Corte Óscar Bajac, quien les pidió dinero a cambio de favorecerlos en un fallo judicial que les permita recuperar su propiedad.
Los Garcete incluso fueron hasta la casa de Bajac a llevarle el dinero que les pedía para “resolver el problema” y lograron en ese entonces tomar fotos del interior de la sala del ministro de la Corte, que les sirvieron como prueba para mostrar que efectivamente estuvieron ahí.
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Pidieron ayuda
El dinero fue pedido a través de un intermediario de Concepción, según la familia. Así, luego de largo tiempo tratando de solucionar el robo del que habían sido víctimas rodeados por una mafia judicial acompañada de políticos, los Garcete se decidieron a hacer la denuncia en ABC Cardinal 730AM.
La madre de familia, Alicia Garcete, se identificó plenamente y se animó a reclamar a los ministros de la Corte por la situación que estaban pasando, pues ya no tenían nada que perder. El tiempo pasó y finalmente, casi al término de este año, una medida del ministro César Garay Zuccolillo les devolvió nuevamente sus tierras. Sin embargo, el camino recién empieza.
Volvieron a entrar a sus tierras después de mucho tiempo. Adán Garcete, hijo de doña Alicia, describió el momento como muy emotivo pero a la vez triste, pues encontraron la infraestructura de sus tierras destruida. “Quemaron toda la casa que teníamos como casco principal, también el corral de manejo para ganado. Tanto sacrificio hecho cenizas... El retiro es el único que sigue en pie, no llegaron a echar porque estaban utilizando como rancho del personal que trabaja”, relató Adán.
Todo comienza de cero
El joven comentó que el camino recién comienza porque “los que están del otro lado no se van a quedar cruzados de brazos. La mafia es grande en Paraguay. Este clan hizo muchas cosas no solo con nuestra familia, pero la fe nunca se pierde”, expresó.
Según el trabajador, la última vez que registró sus animales, en el año 2014, poseía 2.060 cabezas de ganado entre mayor y menor. Hoy, esa cantidad ya no existe.
“Nos comentaron que pagaron los trabajos de desmonte de la estancia o de los tajamares, tanques, etcétera, con nuestros animales. Eso es lo más triste”, lamentó Adán.